La frustración de Luis Enrique

Iñaki Dufour (EFE)
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El asturiano vivió el encuentro muy activo en la banda, tomó decisiones difíciles y controvertidas, pero se topó con una tanda de penaltis nefasta

El asturiano suma su primera gran decepción con el conjunto nacional. - Foto: Fabio Ferrari /LaPresse FerrariF

La tanda de penaltis. Sabiri, gol; Sarabia, al poste; Ziyech, gol; Carlos Soler, para Bono. Luis Enrique mira hacia abajo. Benoun, para Unai Simón. Aún hay opciones. Sergio Busquets, para Bono. Luis Enrique gesticula, frustrado. Percibe la derrota. Su semblante, serio. Si marca Marruecos, se acabó. Achraf, a lo 'Panenka', desata la apoteosis de su selección. El Mundial termina para España, igual que en la última Eurocopa, en los lanzamientos de 11 metros.

El entrenador entra al campo, consuela a sus jugadores. Les da cariño. Antes le desea «mucha suerte» a Regragui, el técnico marroquí. También abraza a Bono, la figura del partido. Indudable. Sus penaltis parados a Soler y Busquets lo coronan de forma indiscutible. Saluda a todos sus rivales y Se va hacia el vestuario.

Más de dos horas después del inicio del partido, sin pausa para el técnico. Al borde del área técnica, al filo de la línea intermitente que marca el límite. Desde el principio. Conversa con Mazraoui, el lateral izquierdo de contrario, para decirle que la fuera de banda ha sido suya. Que no proteste. En cuclillas, a veces. Otras de pie, con las manos en los bolsillos, parado, expectante. Otras gesticula, aplaude, camina de un lado a otro, se para. Le dice a Rodri, de nuevo central, como en los tres partidos disputados anteriores, titular en todos ellos, que no cometa esa falta infantil.

Vuelve a aplaudir cada intento de sus pupilos. Los primeros minutos habla con insistencia con Rodri. También con Ferrán Torres, a su lado en la banda, una de las cinco novedades del once titular de la derrota de Japón al duelo de octavos ante Marruecos.

Al extremo le pide que amague hacia atrás y se vaya hacia adelante, que se abra más aún. También le indica a Marcos Llorente que salga más de la banda, que adelante su puesto para presionar a su par.

Los 'leones del Atlas' notan el cansancio en la segunda parte, España insiste. Está en su mejor momento del partido. Ya divisa las vías hacia la portería. Aún sin precisión, aún sin ocasiones de verdad en la segunda parte. Está inmersa en el último tercio ya del campo contrario. Dos líneas de Marruecos, por momentos tres, unidas, juegan en 15 metros. Luis Enrique observa con detenimiento, inmóvil, las larguísimas posesiones de su bloque. Falta el pase definitivo. Riesgo.

Prepara el cambio de Nico Williams. El asturiano le dice que encare, que encare, que encare. Lo necesita su selección. Aún le da otra instrucción más al extremo, que suple a Ferrán Torres para incidir por la banda derecha. El tiempo corre y la prórroga alarga el encuentro.

Poco consuelo

Con poco que llevarse a la boca en los 30 de prolongación, entra Sarabia por Williams. Lo consuela Luis Enrique. Su sexto y último cambio, en el minuto 118, es ya pensando en los penaltis. Aún se lleva las manos a la cabeza en un remate de Sarabia.

Luis Enrique habla a sus jugadores. Es el momento decisivo. No hay presente ni futuro sin triunfo. Pide a la grada que anime. Da espacio a sus futbolistas. Con todos abrazados sobre la línea lateral. Él adopta un segundo plano. Se sienta en el banquillo. Desde ahí observa los lanzamientos de 11 metros. La frustración de la derrota.