Pedro Ruiz lo ha vuelto a hacer. Este maestro conquense, amante de las letras por encima de muchas otras cosas, ha vuelto a ganar un certamen literario. No es el primero y seguramente tampoco será el último... Su última publicación, La venganza de Gaia, le ha valido para conseguir la segunda edición del Premio de Literatura Infantil de Canarias que organiza la editorial Siete Islas. Un galardón para el que, a su juicio, la historia «estaba hecha a medida» merced a «la promoción de la cultura canaria y algunos de sus enclaves más icónicos». Y es que el escenario escogido para desarrollar la trama es Tenerife, «una isla llena de contrastes o un pequeño continente en miniatura», describe el autor.

La venganza de Gaia es, «ante todo», una novela de aventuras y de enigmas por resolver; de caminos que se abren y de toma de decisiones, relata Ruiz. «A medida que va avanzando la trama, se van entrelazando las diferentes partes del puzzle», y eso pone sobre la mesa desde una sociedad secreta hasta una conspiración a gran escala, pasando por un dossier que la policía persigue con ahínco y un pasado familiar que la protagonista desconoce. Una trepidante historia que surgió después de conocer la teoría de Gaia del científico James Lovelock, en la que se explica que Gaia es un todo que se autoregula. «Un gran ser vivo compuesto por la tierra, el aire, el agua y los seres vivos que tiende a ajustarse», apunta el escritor natural de Quintanar del Rey. En definitiva, una notable obra que atrapa y conquista a todo aquel que pasa por sus páginas.

Pedro Ruiz ha publicado más de media docena de libros, y todos o casi todos, con temáticas dirigidas a los lectores más pequeños de la casa y a los jóvenes. Sus historias, aunque abiertas a cualquier lector, tienen unos destinatarios muy concretos. En este sentido, La venganza de Gaia casa como anillo al dedo con el público juvenil, precisamente, por ser una historia «muy visual y dinámica» y por estar «repleta de giros inesperados». Fomenta una lectura «fácil» donde la trama avanza a «gran velocidad», capital para captar la atención de este tipo de receptores. El escritor quintanareño relata que la suya es una historia «llena de emoción, pasiones y secretos por descubrir que marcarán mucho más que el futuro de la protagonista». Una novela que –sentencia–, «nos hace reflexionar sobre el proverbio de que nuestro maravilloso planeta no es la herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos».

Y todo con Tenerife en el ojo del huracán del relato, pues gracias a esas «trepidantes escenas» se van descubriendo los genuinos rincones de la isla, el «escenario perfecto» para representar a Gaia. Ruiz, que hace una década se pateó de punta a punta el territorio insular, defiende a capa y espada que no hay ningún lugar como esta isla «para mostrar la grandeza y la diversidad de sus cuatro elementos: tierra, aire, agua y seres vivos». Razón por la que le gusta pensar que «fue Tenerife quien me eligió a mí para ser la protagonista de esta novela». Una novela de premio gracias a la iniciativa de la editorial Siete Islas en pro de la promoción de la lectura entre los más jóvenes en el contexto actual. Merece la pena, así que pasen y lean...

Sobre el autor. Pedro Ruiz García nació en Quintanar del Rey en 1978. Es maestro y ha trabajado en varios colegios y residencias escolares de Castilla-La Mancha y en centros educativos del extranjero en países como Colombia y Marruecos. Participa de forma habitual en encuentros literarios en colegios e institutos. Actualmente, imparte clases en un colegio de Primaria de Albacete. Ha publicado más de media docena de libros y ha ganado varios certámenes. Además del premio Siete Islas (2022), en su haber se encuentra el premio de narrativa infantil y juvenil Diputación de Córdoba (2020) con Odio el karma; el premio CEPA de novela juvenil (2015) con Los pobladores negros; y el premio Tritoma de narrativa joven (2007) con Nadie dijo que sería fácil. También ha sido finalista del premio Gran Angular de SM y del premio Hache con El enigma del scriptorium, y obtuvo el accésit del certamen de Calamonte con el cuento infantil La oveja Obe. Otras de sus obras son Los Superminichefs, publicada en la colección El Barco de Vapor (SM), Aventura espacial y Rumbo a la Tierra de la colección Altamar (Bruño), y Lástima no ser un héroe (Sial-Pigmalion).