Generosidad Escamilla

R.L.C.
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El coleccionista montalbeño comparte hasta el 8 de enero auténticas joyas bibliográficas en sendas exposiciones en Cuenca y Tarancón.

Antonio Escamilla Cid, bibliófilo de Montalbo, junto a piezas de la exposición ‘La Magia de la Navidad’, en Cuenca, y ‘El Fascinante mundo de los libros muñecos’, en Tarancón. - Foto: LT

Compartir lo intangible, los verdaderos valores que ayudan a ser feliz, es una de las virtudes de aquellos que saben disfrutar de la esencia de la Navidad. La generosidad se pone de moda en estas fechas, en la mayoría de los casos ligada a donativos económicos hacia los más necesitados, pero también está presente en otras iniciativas, como  en el infravalorado ámbito cultural. 

Una vez más, el coleccionista y bibliófilo de la localidad conquense de Montalbo, Antonio Escamilla Cid, se ha convertido esta Navidad en ejemplo a la hora de compartir parte de su patrimonio, sobre todo compuesto por auténticas joyas bibliográficas. Desde mitad de diciembre y hasta el próximo 8 de enero, tanto en Cuenca capital como en Tarancón, expone piezas para admirar con los ojos de un niños, para detenerse a ver con la predisposición de bucear en los recuerdos de la infancia. 

La Magia de la Navidad. Resplandor y nostalgia de los nacimientos desplegables es el título de la muestra que se puede visitar en la sala de exposiciones Princesa Zaida del Museo de Cuenca. Está compuesta por una parte de algunas de las más atractivas figuras navideñas de la colección privada de Escamilla. En concretro, se muestran más de 50 ejemplares de belenes de papel y cartón pop up, tridimensionales, emergentes o desplegables. Una selección a todos los tamaños y de varias épocas, y es que se pueden admirar belenes de principios del siglo pasado, de la era victoriana y la época posterior a la II Guerra Mundial, que son de los más cotizados, y de principios del XXI, de ilustradores de reconocido prestigio como Robert Sabuda o Vojtech Kubasta. Impresionantes obras de arte, como asegura el montalbeño, «dignas de admirar, que ayudan a sentir y disfrutar de la verdadera magia de la Navidad». Alemania, Italia, Francia, Argentina, Austria, Irlanda, Checoslovaquia o Inglaterra son algunos de los países de donde proceden estos curiosos nacimientos, que vienen a completar en la presente exposición la propuesta cultural navideña en la capital conquense. 

Ya en Tarancón, el vestíbulo de la Casa de Cultura, sede de la Biblioteca Municipal Luis Rius, alberga también hasta después de Reyes, la muestra titulada El Fascinante mundo de los libros muñecos, compuesta por antiguos cuentos. Una exposición de antiguos y bellos cuentos igualmente pertenecientes a la colección de un conquense conocido por su pasión por los libros infantiles, antiguos, raros y curiosos, cuya gran generosidad hace que en numerosas ocasiones haya donado documentos, iconos u otro tipo de obras, a diferentes instituciones públicas de la provincia, como es el caso del Ayuntamiento de Tarancón. «Me gusta compartir las joyas que tengo en aquellos lugares donde se valoran», afirma Escamilla junto a libros muñeco como El sueño de Pepito, El viaje de Luisito, El premio de Marisa, Las vacaciones de Juana María o Negra panchita, entre otros. 

La peculiaridad de estos libros muñeco, publicados durante la década de los años 40 del siglo pasado por la editorial Molino en España y Argentina, es que son cuentos que en el interior de sus contraportadas incluyen un muñeco o animalito de cartón articulado que se compagina y alterna con el resto de las páginas. «Cuentos que cautivan y atraen a los más pequeños, induciéndoles a la lectura mediante el juego, y la mayoría de ellos están destinados más a las niñas que a los niños, una razón más que refuerza la idea de que las niñas dedican más tiempo que los niños a leer», expone el coleccionista, que apunta también al carácter encantador de estos cuentos, que por su alto precio generalmente eran adquiridos por familias pudientes y solían ser regalados por padres y padrinos en fechas señaladas como la Primera Comunión, una fiesta de cumpleaños, Navidad y Reyes, o como premio a una buena conducta o unas notas ejemplares. 

Tanto en Tarancón como en Cuenca, estas dos exposiciones, estas dos nuevas acciones generosas de Escamilla, son auténticas oportunidades de revivir recuerdos de la infancia, de conectar generaciones, de valorar como lo lejano y antiguo puede convertirse con el paso del tiempo en una auténtica reliquia o joya digna de enseñar. 

sin límites. Igual que los sentimientos que pueden despertar estas muestras, la colección de este montalbeño no tiene límites, y tampoco su afición por las obras bibliográficas y por seguir compartiéndolas, llegando la estela de su generosidad no solamente a diferentes puntos de la provincia o Castilla-La Mancha, sino incluso a la Biblioteca Nacional de España.