Declarar una avería como si fuera un siniestro, presentar un presupuesto inflado por el taller, simular un accidente que no ha ocurrido o, incluso, fingir un robo. Sobre el cuello de Cuenca cuelga una medalla de plata de dudoso honor, y es que los conquenses son los segundos –solo superados por los cántabros– que más intentan estafar a su seguro de coche. Un barómetro de Línea Directa, que analiza los más de 65.000 fraudes detectados durante los dos últimos años, revela que casi el nueve por ciento de los partes que se realizan en la provincia son falsos.

Ese 8,6 por ciento made in Cuenca solo lo supera Cantabria con un 9,4. En ambos casos, son guarismos muy superiores a la media nacional, que se sitúa en el 6,3. La comparativa todavía es más sonrojante si lo que se tienen en cuenta son las otras cuatro provincias regionales. De hecho, Cuenca es la única de las cinco que se tiñe de rojo en el mapa de las estafas dibujado por la aseguradora. Toledo se encuentra un escalón por debajo, y en este particular semáforo pinta en ámbar con un 5,6 por ciento, mientras que en verde se posicionan Albacete (4,6%), Guadalajara (4,2%) y Ciudad Real (3,9%).

El informe, el más antiguo y completo del sector asegurador, tiene como principal conclusión que la pandemia ha disparado el fraude al seguro del coche, ya que la proporción de partes falsos subió un 21 por ciento durante 2020 a pesar del confinamiento y de las medidas restrictivas en la movilidad. Esta circunstancia sitúa a los partes fraudulentos en el máximo de toda la serie histórica, ya que, a cierre de ese ejercicio, prácticamente nueve accidentes de cada 100 en Cuenca eran falsos.

Uno de los intentos de fraude más comunes es simular un accidente de tráfico que en realidad no ha ocurrido. - Foto: Reyes Martínez

El perfil del estafador suele ser un hombre joven con trabajo precario que trata de incluir en el parte daños ajenos al siniestro, generalmente materiales. Por otra parte, más de la mitad de las personas que trataron de engañar a la compañía, afirman que lo hicieron por la situación económica generada por la pandemia de la COVID-19. La proporción de partes falsos se incrementó un 21 por ciento, aunque es verdad que el coste también bajó.

Circunstancia «puntual». Las provincias con poca población y con un parque automovilístico reducido suelen experimentar incrementos llamativos de un barómetro a otro. En este sentido, «creemos que el hecho de que Cuenca sea la segunda provincia con mayor porcentaje de fraude puede ser algo puntual», comenta la directora de Personas, Comunicación y Sostenibilidad de Línea Directa, Mar Garre. Lo normal es que en próximas ediciones –añade– «las cifras se estabilicen y vuelva a la normalidad, que suele coincidir con la media nacional». Es más, según explica esta experta en la materia a La Tribuna, las cinco provincias castellano-manchegas, por su cercanía con Madrid, «pueden ser un lugar ideal para las actividades de redes organizadas que actúan en el entorno de la capital». Por eso, remata, «suelen experimentar variaciones importantes en función del número de organizaciones detectadas». 

El fraude al seguro del hogar también por encima. El barómetro de Línea Directa refleja que los fraudes cometidos al seguro del hogar se han incrementado de forma muy moderada, pasando del 2,4 por ciento del anterior estudio al 2,5 del actual. Sin embargo, 2020 ha marcado un máximo histórico, con un 2,7 por ciento de partes fraudulentos, lo que confirma la escalada del fraude en este negocio. En Castilla-La Mancha el nivel de fraude al seguro del hogar sí es significativo, ya que es superior a la media nacional en Guadalajara y Cuenca (3,2%) y Toledo (2,9%) y ligeramente inferior en Ciudad Real (2,6%) y Albacete (2,3%).