El cierre de dos importantes firmas en la calle principal de la ciudad en una misma semana –una del sector de la cosmética y otra del textil– ha colocado de nuevo la situación que vive el comercio conquense en el ojo del huracán. Desde hace varios años, una de las actuaciones políticas que unos y otros han tenido entre ceja y ceja es intentar dinamizar, desarrollar y potenciar el centro de la ciudad a nivel comercial y empresarial, empezando por la arteria principal, Carretería, y siguiendo por sus calles adyacentes. Sin embargo, visto en perspectiva, el resultado ofrece más dudas que certezas. 

La Tribuna ha recorrido las principales calles de la zona centro de Cuenca, fundamentalmente en las que mayor actividad comercial se desarrolla. El objetivo era llevar a cabo un cuenteo de los locales comerciales y comprobar cuántos de estos se encuentran en funcionamiento y cuántos tienen echada la persiana en busca de un inquilino que los regente. Tras el análisis, el dato llama poderosamente la atención. Uno de cada cuatro establecimientos de cara al público está cerrado. De los 538 negocios que se han contabilizado, 409 tienen actividad y 129 no la tienen. Si hablamos de porcentajes, los primeros suponen el 76 por ciento y los segundos el 24. 

Hay que destacar que para llevar a buen puerto esta investigación se han tenido en cuenta todos los locales comerciales, a excepción de los que están ocupados por instituciones y administraciones públicas, e incluyendo eso sí al sector de la banca y al de la hostelería y la restauración que, por otro lado, son los que tienen un peso específico y predominan en el paisaje urbano de esta zona.

Calles importantes. Las principales vías de la ciudad a nivel comercial son Carretería y Colón. Ambas superan los ochenta locales comerciales. La primera llega a los 86 sumándole los que se ubican en la Plaza de la Hispanidad, mientras que en la segunda se contabilizan 83. De estas dos calles es especialmente sintomático el caso de la calle Colón, pues eleva el porcentaje de locales sin dueño muy por encima de la media de la ciudad, y es que son casi un tercio (32,5 por ciento), es decir, 27 de los 83 negocios. En Carretería la incidencia es menor, solo 15 de los 86. 

Otra de las calles que, históricamente, más tradición comercial atesora es Fermín Caballero. En ésta, de los 47 locales registrados, solo cinco tienen la persiana echada. Ahora bien, también hay que apuntar que en esta zona la actividad bancaria es especialmente relevante. Una de las prolongaciones de Carretería es Calderón de la Barca, que entre sus 38 locales ve cómo 26 de ellos, un 31,6 por ciento, no tienen actividad comercial en este momento, siendo por lo tanto una de las calles más castigadas en este sentido. Tres cuartos de lo mismo le ocurre a Princesa Zaida, que con un 31 por ciento de sus locales cerrados, también apunta a los puestos de cabeza de esta triste lista. 

Aguantan mejor el tipo otros enclaves señeros de Cuenca a nivel comercial como Ramón y Cajal, donde están funcionando 32 de sus 42 locales; Fray Luis de León (antigua calle del Agua), donde lo hacen 26 de los 32 que existen; Sánchez Vera, 21 de los 28; Cervantes, 16 de los 20; José Cobo, 19 de los 25; así como la Plaza de la Constitución, 19 de los 20.

Zonas ‘muy tocadas’. En la atmósfera que engloba al centro de Cuenca hay un puñado de calles que sufren con especial virulencia el cierre de establecimientos comerciales. En este sentido, llama la atención la cifra que se registra en dos calles pequeñas como son Hermanos Valdés y Alonso Chirino. En ambos casos, un 37,5 por ciento de los locales están cerrados. No se queda atrás tampoco Gil de Albornoz, con un tercio de sus locales sin actividad, o el corazón verde de Cuenca, el Parque de San Julián, con un 35,3 por ciento de los establecimientos sin uso.

La despoblación agrava el problema. En los últimos cuatro años las personas que se dedican al comercio han descendido en Cuenca en un 6,4 por ciento. En cifras absolutas esta disminución se traduce en 251 autónomos menos. Así lo pone de manifiesto un informe elaborado por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) tras el análisis de los datos entre noviembre de 2015 y noviembre de 2019. De esta forma, el número de autónomos del comercio ha pasado de 3.918 a 3.667 en la provincia. Este notable descenso es más de dos puntos porcentuales superior a la media nacional (-4,2 por ciento) y casi otro tanto con respecto a la media de la región (-4,6%). Uno de los factores fundamentales que impulsa la pérdida de comerciantes es, según especifica el estudio, la despoblación.