«El gran problema es que nunca ha habido una política rural»

Inmaculada López
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Jesús Alique (Sacedón, 1962) retorna al euscenario político para hacerse cargo del mayor reto al que se enfrenta Castilla-La Mancha y, en especial, la provincia de Guadalajara: la despoblación

"El gran problema es que nunca ha habido una política rural" - Foto: Javier Pozo

Muchos no se esperaban que volviera al ruedo de la política. ¿Qué le ha animado a hacerlo?

Por supuesto, la llamada del presidente regional y un asunto que me apasiona que es la lucha para que los pueblos vuelvan a tener vida y que no se despueblen como está ocurriendo en este momento.

¿Cuál es su labor concreta al frente de este nuevo puesto del organigrama del Gobierno regional?

La principal es la coordinación de todas las Consejerías en esta materia. Después, la elaboración y puesta en marcha de una Estrategia Regional frente al Reto Demográfico entendido no sólo como lucha contra la despoblación sino también para combatir los problemas del envejecimiento, que es la otra cara de esta problemática. Esta Estrategia Regional, lógicamente, tiene que estar coordinada con la Estrategia Nacional que en este momento está parada pero que esperamos que con la puesta en marcha del nuevo Gobierno coja velocidad de crucero y, sobre todo, después de que haya asumido esa responsabilidad  la vicepresidenta Teresa Ribera.

En los primeros meses que lleva al frente de esta responsabilidad, ¿cuáles son sus impresiones?

Somos conscientes de que uno de los problemas estructurales que tenemos en amplias comarcas de la región es la despoblación, pero que este fenómeno no es algo exclusivo de Castilla-La Mancha sino que compartimos con otras zonas del territorio nacional, especialmente del interior, y que requieren el ejercicio de acciones a diferentes niveles, por parte de las distintas administraciones y, sobre todo, de un pacto de Estado que afronte la solidaridad y la financiación para hacerla frente. La clave es el mayor coste que tienen los servicios públicos que se prestan en las zonas despobladas o con dispersión geográfica y población envejecida. Para atender a poca gente es necesario tener una estructura de personal y de material adicional a los parámetros convencionales que se utilizan en este momento para la financiación autonómica. Creo que eso hay que romperlo, como reclama el presidente Page, hay que aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica que tenga en cuenta el coste efectivo de los servicios públicos: educación, sanidad, servicios sociales, dependencia.

¿Qué hemos hecho mal para crear esta salvaje desigualdad?

Todo procede de un modelo económico, que se inicia a finales de los 50 del pasado siglo y se recrudece en los 60 y en los 70, en el que se prima que la inversión, el empleo y la población esté en grandes ciudades, lo que produjo una fuerte emigración. La segunda oleada de la despoblación tiene que ver con la innovación y tecnificación de la agricultura. La población rural se recuperó un poco en la primera década de este siglo, pero con la crisis económica hubo otro descenso. Afortunadamente, éste es el primer año, desde 2011, que Castilla-La Mancha crece en población. En todo casos, considero que no es un asunto en el que tenga que haber más políticas sino mejores políticas. Fue un gran error desaprovechar la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural que se aprobó en 2007 y que nunca se puso en marcha. Contemplaba dos aspectos claves para abordar la lucha contra la despoblación como es, en primer lugar, diversificar las economías locales más allá de la agricultura y, en segundo, inversión en infraestructuras y en servicios públicos primando el apoyo a dos colectivos principales, los jóvenes y las mujeres, porque hay que revertir el patrón de masculinización que se está produciendo en muchos de los pueblos. El gran problema ha sido que en España nunca ha habido una política rural, tan sólo esa ley que con el cambio de Gobierno quedó paralizada.

¿Se podrá revertir la situación de alguna manera?

Nunca es tarde para hacer las cosas. A partir de ahora, de lo que se trata es de hacer atractivos social y económicamente nuestros pueblos garantizando la prestación de servicios básicos, mediante la conectividad territorial –internet es una herramienta fundamental para ello– y también sería importante poner en marcha una política de vivienda rural, una mejora de las infraestructuras –sobre todo del transporte–, el apoyo a la actividad económica diversificando las economías locales más allá de los sectores que tienen que ver con la agricultura y con un marco fiscal que claramente favorezca la generación y fijación de empleo en el medio rural. Si somos capaces de hacer atractivos los pueblos, habrá muchas personas que piensen que tienen una oportunidad de desarrollar allí un proyecto de vida plena y más sostenible. No es cierto que el único progreso sea el urbano. Estamos viendo cómo las ciudades, que eran paradigma de la eficiencia, hoy son un problema de contaminación, de falta de movilidad, de desigualdad, de estrés y creo que ese desarrollo insostenible no tiene futuro. Si se hace una verdadera transición ecológica debe hacerse fomentando un desarrollo económico que integre al mundo rural. Hoy en día, tenemos dos retos fundamentales, uno es el demográfico y otro es el climático. Hay dos realidades, la rural y la urbana, y la única manera de combatir esto es con una mayor justicia social y con la reciprocidad entre ambas.

Desde el Gobierno regional, ¿en qué medidas concretas trabajan?

La acción de Gobierno se está estructurando en torno a la aprobación de una ley específica que contemple el impacto y la perspectiva demográfica en todas las demás leyes, planes y programas de inversión que se elaboren por parte de la Junta de aquí a futuro, de tal manera que se favorezca la redistribución y una mayor cohesión social. De hecho, ya nos estamos adelantando. El consejero de Fomento anunciaba recientemente que se ha modificado la normativa para poder edificar en suelo rústico actividades que tienen que ver con el desarrollo industrial y turístico y también que se va a modificar la normativa de planeamiento urbanístico para que sea mucho más ágil a los ayuntamientos tomar decisiones en este sentido. Además, nos hemos comprometido a desburocratizar los trámites que ahora son necesarios para emprender una actividad económica en el medio rural y en la revisión del Tercer Plan de Carreteras, el consejero anunció que se va a tener en cuenta el impacto de la despoblación. Por otro lado, el Gobierno regional desde la pasada legislatura empezó a abrir escuelas rurales que se habían cerrado, se están recuperando líneas de autobuses… El problema de la despoblación tiene muchas causas y no hay una varita mágica ni una medida concreta que la pueda combatir, al contrario, se necesitan poner luces largas, planificar a medio y largo plazo. No es algo que se vaya a solucionar en una legislatura, va a necesitar mucho más y para ello eso es fundamental que colaboren todos los estamentos implicados, desde lo local hasta lo europeo, y mediante una colaboración público-privada.

Hablar de despoblación está de moda. Se suceden congresos, encuentros e incluso surgen cargos como el que usted ocupa. Sin embargo, patear los pueblos es sentir un desánimo general entre sus habitantes. ¿Qué les diría?

Les diría que el hecho de que este problema esté en la agenda pública, ya es una novedad y que se esté elaborando una ley específica, también lo es. Pero, sobre todo, les diría que la despoblación es un fenómeno social, global y estructural. Por eso, necesita una planificación a medio y largo plazo. Es verdad que no se puede hacer todo en cada uno de los pueblos, lo que tiene que haber son estructuras territoriales integradas que garanticen la prestación de unos servicios públicos de calidad y que se conviertan en verdaderos sistemas productivos. Si somos capaces de poner en marcha todas esas medidas que he comentado anteriormente, la situación puede mejorar. Pero para ello, insisto, también es necesario una colaboración internivel, entre administraciones.

¿Qué opinión le merece que los menores de Majaelrayo tengan que ir a Yunquera de Henares al instituto?

Antes comentaba que la clave de esta cuestión es el mayor coste de los servicios públicos en las zonas de despoblamiento y dispersión geográfica. Y que para atender a poca gente, me da igual que sea en educación, sanidad o servicios sociales, se necesita una estructura dotacional adicional a los parámetros convencionales que ahora mismo se utiliza en el sistema de financiación autonómica. En el caso de la educación obligatoria, hacemos el esfuerzo de tener abierta una escuela con cuatro niños o menos. Si lográsemos repoblar más nuestros pueblos, seguramente, sería factible tener un instituto más cercano para esos menores. En este ámbito, un asunto que queremos acometer dentro de la Estrategia Regional, que hasta ahora no se había hecho porque el Bachillerato no es obligatorio, es financiar el transporte a aquellos muchachos que no tienen un instituto en su municipio y que tienen que desplazarse a otro para cursar estos estudios.

La mejora de las telecomunicaciones es una reclamación constante. ¿Se está trabajando en ello?

El compromiso es que en esta legislatura la conectividad a banda ancha esté en todos los municipios de la comunidad. Es algo fundamental porque sin internet no hay actividad económica. Es una prioridad para el Gobierno regional.

¿Es necesaria una fiscalidad rural?

Desde el Gobierno de España, y así lo hemos transmitido, debería aprobarse una fiscalidad que favoreciese a las personas y a las actividades que se realizan en el medio rural (rebajas en el IRPF, en el impuesto de sociedades y en la seguridad social). Desde la Junta, lo que sí asumimos es el compromiso de que la nueva ley contemple un marco fiscal dentro de las competencias regionales para favorecer la creación de empleo y fijar y atraer población al medio ruarl.

¿Qué opina de Teruel Existe y de su llegada al Congreso?

Es algo que está legitimado, que una asociación o un grupo de electores se convierta en un partido y se presente a las elecciones. Lo que espero es que el Gobierno de España no necesite un voto para hacer lo que tiene que hacer que es una política global de desarrollo del medio rural.

¿Cree que podrían surgir partidos similares en otras provincias de la España Vacía como Guadalajara?

Vamos a ver en qué deriva el éxito o el fracaso de Teruel Existe porque ya ha una contestación por parte de muchas plataformas que forman parte de esa mal llamada España Vacía (a mí me gusta más hablar de orgullo rural) y que empiezan a tener ciertas dudas, incluso lo califican de «partido cantonalista».

Parece que la vicepresidenta Ribera no es muy partidaria de la caza. ¿Sería un error ponerle trabas?

No creo que se le vaya a poner ninguna traba. Desde el Gobierno regional hemos aprobado una normativa específica porque es un sector muy importante a nivel de ocio y, por supuesto, económico.

¿Volvería a vivir en el pueblo?

Por supuesto. Ahora no es posible por la responsabilidad que ocupo, pero voy con frecuencia a mi pueblo, Sacedón. Me encanta el medio rural y siempre que puedo aprovecho los fines de semana para compartir tiempo con sus gentes. No descarto que un futuro me vuelva a vivir al pueblo, como nací y viví durante la infancia.