Las restricciones a la movilidad y el brusco descenso de la actividad económica motivadas por la pandemia no sólo han supuesto una crisis económica y social, sino que también ha traído consigo una importante reducción de la contaminación atmosférica en términos generales en este país y en particular en esta ciudad sobre el 2019, hasta el punto de que hacía años que nos se respiraba un aire tan puro como el del 2020, según el informe anual de calidad de aire de Ecologistas en Acción.
Así, conforme a lo recogido en una de las 28 estaciones de control de la contaminación pertenecientes a la red de vigilancia de la Junta el nivel de ozono troposférico fue significativamente mucho más bajo respecto a años anteriores con una reducción del número de días por encima del objetivo legal para la protección de la salud por encima del 85%. Esto igualmente significa que en Cuenca en 2020 únicamente se registró un día frente al máximo de 25 días con índices mayores a los 120 ug/m3 permitidos por la normativa, lo que no quita para que se excedieran las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 12 días durante un periodo de ocho horas.
Además, el valor diario de dióxido de azufre (SO2) y cuya procedencia es fundamentalmente la actividad industrial fue de cero y la media anual registrada de dióxido de nitrógeno de NO2 se sitúo en los 26 ug/m3 en la estación urbana de Cuenca cuando el máximo establecido por la OMS está en los 40. No obstante, esta tendencia al alza no es de ahora sino que viene de atrás, hasta el punto de que hoy por hoy, el dato conquense es el más alto de toda Castilla-La Mancha, según explica Carlos Villeta de Ecologistas en Acción Cuenca.
Igualmente, según el citado informe de esta organización ecologista, el pasado año únicamente siete días estuvo Cuenca por encima del nivel establecido de 25 μg/m3 para partículas menores de 10 micras (PM10), uno menos que la media regional situada en los ochos días. Por contra, el valor medio de PM10 durante el año fue de 21 ug/m3, por debajo del límite que establece la normativa de 40 μg/m3 al año, pero por encima de la recomendación de la OMS de no superar los 20 μg/m3 de media.
En palabras del miembro de Ecologistas en Acción Cuenca, «si bien es cierto que ha habido una cierta mejora con un descenso en casi todos los parámetros también lo es que todavía no estamos en situación óptima, por lo que, la pregunta ahora a hacerse es si esta mejora va a ser una tendencia, o no, ya que lo más probable es que volvamos a lo de antes y a tener unos niveles de contaminación como hemos tenido hasta ahora, salvo el 2020».
Además, añade Carlos Villeta , «a diferencia de otras ciudades, en Cuenca ha habido cero medidas en cuanto al control de tráfico. Al revés, ha crecido el uso del coche privado, ha empeorado el servicio de transporte público, no ha habido ningún tipo de mejoras hacia otros medios de transporte alternativos y el transporte en bicicleta prácticamente es algo testimonial», para concluir diciendo que, «la situación es realmente preocupante, no se ha hecho prácticamente nada para poner en marcha lo de la zona de bajas emisiones y eso que estamos a dos años de su implantación y el Ayuntamiento debería ya mover ficha».