La cantante y compositora Sole Giménez (París, 1963) tiene tras de sí cuatro décadas de trayectoria artística versátil, donde además de lograr el reconocimiento popular con el grupo Presuntos Implicados ha labrado una carrera en solitario alejada de modas pasajeras, por ello su recital en el Escenario Solán de Cabras del próximo 7 de julio, dentro del undécimo Estival Cuenca, será uno de los platos fuertes del certamen. Además, poco antes de su actuación, recibirá el Premio Manuel Margeliza 2022 que le concede el festival «por una trayectoria intachable tanto en calidad de compositora como de cantante, una personalidad única y el compromiso con el apoyo, valoración y visibilización a las mujeres compositoras», galardón consistente en una escultura original en barro del artista Tomás Bux y que se entrega desde el año 2014 para recordar al músico, docente e investigador conquense. 

Imagino que muy satisfecha por este reconocimiento que le hace Estival.

Claro, agradezco muchísimo este reconocimiento de Estival Cuenca, no puedo dejar de dar las gracias porque hayan pensado en mí, la verdad es que reconozcan tu trabajo después de tantos años de trayectoria es algo que me hace muy feliz.

Un certamen independiente y abierto a muchos estilos que conecta bastante con su propia trayectoria, ¿no cree?

Bien, durante todos los años en que estuve en Presuntos todo estaba más dirigido y centrado por la discográfica, pero después a la hora de hacer mi carrera en solitario me he sentido muy libre y he hecho en cada momento los discos que quise más allá de presiones. 

En sus dos últimos trabajos en solitario rinde homenaje a un puñado de grandes compositoras, ¿formarán esas canciones el grueso de su repertorio en esta velada en Cuenca?

Sí, porque son los últimos conciertos de este proyecto que me parece maravilloso, con el que estoy disfrutando muchísimo, porque dar voz a estas autoras y compositoras tan importantes, pero que poca gente conoce pese a tener canciones mundialmente conocidas, volver a reivindicar el papel de la mujer en la música más allá de la pura cantante es algo precioso.

¿Es de justicia reivindicar los nombres de artistas como María Grever, Eladia Blázquez o Consuelo Velázquez?

Absolutamente, es hacer justicia con ellas con su legado y su inmenso talento, de hecho sus canciones hablan de ello, aunque apenas se las conozca; lamentablemente no ocurre así con los autores masculinos, por ejemplo a Agustín Lara todos lo conocemos, sin embargo a una compositora de la talla María Grever nadie la conoce y Consuelo Velázquez, autora de uno de los boleros más populares de la historia y que todo el mundo ha cantado en alguna  ocasión, Bésame mucho, también es una gran desconocida, cuando fue una increíble pianista clásica y poseía un talento tremendo como compositora de canción popular. 

¿Un reconocimiento que se extiende quizás un poco más allá y enlazaría con otras facetas artísticas donde la mujer ha sido un tanto obviada?

La verdad es que se está haciendo, hay un esfuerzo por reivindicar a la mujer creadora en todos los ámbitos artísticos: pintura, literatura, arquitectura, cine, fotografía… se está llevando una labor valiosa en ese sentido, lo de la música es un paso más que debe darse para dar a conocer el talento de estas mujeres que nos abrieron la puerta a otras muchas, reivindicando también el papel de la mujer más allá  de la figura de cantante, muy digno por otra parte, pero algunas hacemos algo más que eso y parece que no se nos otorga otro papel. Otro aspecto a reivindicar sería el rol de la mujer en otras muchas facetas de la música, porque hay muchas intérpretes,  pero pocas ingenieras, productoras o directivas en las grandes compañías, algo que no ha cambiado en los 40 años que llevo  en la música.

En Mujeres de música podemos escuchar a ilustres invitadas, como la cantante manchega Rozalén, Bely Basarte o su propia hija, Alba Engel, ¿cómo fueron esas colaboraciones?

Realmente preciosas, porque ellas, aparte de cantantes son también autoras y compositoras, productoras de sus trabajos, por lo que entendían a la perfección este proyecto y se solidarizaron con esas mujeres. Las canciones que interpreto con ellas son maravillosas y son auténticas joyas en cuanto a colaboración se refiere, tanto Te Quiero, dijiste (Muñequita linda), con Bely Basart, Honrar la vida con Rozalén y Volver con Alba.

¿Cómo concibe la aproximación a géneros tan dispares, desde el  bolero, al tango o la ranchera?

No los veo tan dispares, creo que forman parte de un lenguaje común, estos ritmos se enmarcan dentro de lo que es la cultura latina y me gusta reivindicarla, creo que tenemos la suerte de manejarnos en un idioma y una cultura que abarca muchos países y de alguna manera también deberíamos valorar esto que nos une, en este caso hay tantos ritmos, estilos y enfoques con una raíz común que debe vivirse como lo que es.

Como cantante de Presuntos Implicados marcó una etapa de la música popular española en los años 80 y 90, temas como Alma de blues y Cómo hemos cambiado  siguen sonando frescos, ¿cuál es el secreto para que un tema perdure?

De saberlo tendría la llave maestra (risas). La verdad es que nadie conoce el secreto, no sé si todo el mundo hace canciones para que éstas perduren, por lo menos en mi época se hacían con toda la honestidad, aunque quizás ahora se hagan desde otro punto de vista, teniendo más en cuenta el éxito inmediato. Personalmente, todo el mundo al que admiro se acerca a la canción haciéndolo lo mejor que puede y si el final resulta un éxito mucho mejor, pero creo que se trata de ser honesta con la música, con el sentimiento y la emoción que quieres transmitir.

En ese sentido, ¿qué opina del panorama musical actual y de las tendencias que dominan las listas de éxitos?

La música, como todo, está en constante evolución, ahora mismo existe una tendencia un tanto  grotesca, porque el reguetón está bien en un determinado momento, pero el exceso no me parece lo mejor, Lo bueno ahora es que los jóvenes tienen al alcance de forma inmediata todo  lo se hace y lo que se ha hecho en el pasado musicalmente hablando, recuerdo que cuando yo quería escuchar un determinado disco de Stevie Wonder no tenía otra que ahorrar para comprarlo, lo que llegaba a nuestras manos eran joyas y luego estaban lo que ponían en las emisoras,  pero desde luego no alcanzábamos a escuchar todo lo que nos interesaba; sin embargo ahora las nuevas generaciones tienen todo a su alcance y, a mi juicio,  lo que habría que hacer es alimentar y educar el criterio para que  busquen y profundicen, no quedándose sólo con las modas puntuales y con lo que más suena en las radios.

En algunas de sus composiciones e interpretaciones queda patente su vena jazzística a la hora de abordar temas que incluso provienen de otros géneros, ¿se siente especialmente cómoda en el jazz?

El jazz es una querencia que  siempre he tenido, no puedo evitarlo, imagino que también contribuye a eso rodarme de muchos músicos de jazz, es algo que no se puede evitar… al final la cabra tira al monte (risas). En ese sentido mes gustan las grandes voces del jazz, para mí Ella Fitzgerald es la gran cantante,  como lo son Sarah Vaughan o Billie Holiday, pero también me gustan mucho lo que hacen otras artistas actuales como Diana Krall.

¿En qué otros proyectos anda metida actualmente, continuará la línea seguida en Mujeres de música o tiene pensado cambiar  de registro?

No, dos discos han sido suficientes, quizás en el día de mañana pueda retomarse el proyecto, pero ahora creo que debemos cambiar un poco de tercio y pensar otras cosas. Actualmente mi equipo y yo estamos dándole vueltas al próximo disco, realmente no puede contarte mucho,  espero que vea la luz el año que viene, pero sinceramente no sé finalmente qué tipo de trabajo será, todavía no lo tengo del todo claro.