Este domingo se cumplen 35 años de la llegada a Cuenca de los restos del escultor Luis Marco Pérez, fallecido dos años antes y que, hasta esa fecha, se encontraban en una fosa común del cementerio de la Almudena de Madrid. El hecho fue acompañado de un homenaje de la ciudad a la figura y obra del escultor, que incluyó exposiciones en varias salas, catalogación y restauración de obras en yeso, edición de folletos y de una medalla conmemorativa, una magna exposición en la SICB con los pasos de Semana Santa de su autoría, así como una misa presidida por el entonces obispo monseñor Guerra Campos, y un sepelio en San Isidro con presencia de autoridades locales, instituciones, hermandades, y el entonces presidente de la Junta, José Bono.

Ahora, los dos miembros que quedan de la comisión que se creó para llevar todo ello a buen puerto, junto a los descendientes y familiares de los fallecidos, han organizado un sencillo y entrañable acto para este domingo, en el cementerio de la ermita de San Isidro de Arriba a partir de la una y cuarto de la tarde. Se trata de un responso ante la tumba del escultor, a cargo del director de la Catedral y capellán de San Isidro, Miguel Ángel Albares, junto a una ofrenda de flores. Los organizadores esperan que se sumen los representantes de cuantas instituciones y cofradías hicieron posible el traslado de Marco Pérez en su día.