Poco más que la pedrea

Manu Reina
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El Sorteo Extraordinario de Navidad esquiva la provincia y los conquenses tienen que conformarse tan sólo con las terminaciones

Los niños Ángel Abaga (izquierda) y Alonso Dávalos cantaron ayer el Gordo en el Sorteo Extraordinario de Navidad. - Foto: Javier Lizón (Efe)

Este año no ha habido suerte. El Gordo y el resto de premios del Sorteo Extraordinario de Navidad han pasado completamente de largo de la provincia conquense. No ha tocado ni un quinto premio para tapar, por lo menos, algún agujero que otro. Por lo tanto, no queda otra que conformarse con las generosas pedreas y terminaciones, que permiten recuperar parte del dinero jugado o asumir algún capricho navideño, entre otras cosas. Muchos conquenses optarán también por adquirir nuevos décimos de cara al Sorteo Extraordinario del Niño del 6 de enero.

Este año la provincia afrontaba el tradicional sorteo navideño con mucha ilusión. Más de uno ha soñado con cantar el Gordo. Tal es así que aumentó la participación media hasta un 6,4 por ciento con respecto al año pasado. Cada conquense gastó este año 110 euros en lotería navideña, lo que supone un incremento de siete euros si lo comparamos con el sorteo de 2021. Ese gasto se traduce además en un total de 21.522.860 euros facturados en toda la provincia. El delegado de Loterías y Apuestas del Estado en Cuenca, Miguel López-Caniego, asegura que «había mucha esperanza en este sorteo», aunque recuerda que «en los últimos años hemos tenido suerte porque siempre nos había tocado algún premio». Incluso confía en que la fortuna regrese pronto por esta tierra. Y es que la expectación era máxima. De hecho, desde que empezara la campaña de lotería allá por el mes de julio, la venta de décimos ha mantenido siempre un buen ritmo hasta última hora. Incluso eran perceptibles las largas colas para adquirir boletos en las distintas administraciones de la capital y provincia.

Cabe recordar que el año pasado la administración de lotería El Cuco Encantado vendió una serie del cuarto premio y el estanco de la Plaza Mayor otro décimo. Además, en la localidad de Motilla del Palancar tocaron 12 décimos de un quinto premio y en Los Hinojosos se repartieron 270.000 euros. Sin embargo, este año la suerte no ha sido la misma, aunque, como siempre se dice, lo importante es tener salud. Algunos además se habrán consolado con las tradicionales cestas de navidad que llevan a cabo las asociaciones sin ánimo de lucro y distintos colectivos. Y es que las típicas papeletas volvieron a hacerse un hueco en este sorteo navideño tras su paréntesis durante la pandemia. Por lo tanto, más de uno se llevará a cabo un buen lote de productos que, sabe muy bien, teniendo en cuenta que el Gordo y el resto de premiso han pasado de largo este año. Pero Cuenca no ha sido la única provincia que ha visto como la suerte le esquivaba. La Rioja, Melilla, Ceuta, Álava, Palencia, Segovia, Toledo, Guadalajara y Córdoba no han tenido tampoco fortuna. 

nuevas ilusiones. No queda otra que hacer borrón y cuenta nueva. Es cierto que el tema de conversación más habitual durante los próximos días será la mala suerte que ha tenido la provincia en esta ocasión. Pero ya muchos pensarán en el Sorteo Extraordinario del Niño del 6 de enero, que reparte también grandes cantidades de dinero. Miguel López-Caniego espera un aumento de la participación para el segundo sorteo más importante de la lotería española. «La previsión es que el gasto de media por conquense sea de 26 euros, aunque podría incluso llegar a los 30», desvela el delegado de Loterías y Apuestas del Estado en Cuenca. «Tenemos que tener ilusión en este sorteo porque podemos ganar mucho dinero y nunca tenemos que perder la esperanza de ganar el premio», añade. 

Llegados hasta este punto, muchos de los apostantes pensarán que no es justo o pondrán en duda su participación para el sorteo del próximo año. Pero sí es cierto que la provincia tuvo fortuna durante los últimos años y las administraciones conquenses repartieron diferentes premios. A los que persigue la suerte no les queda otra que hacer borrón y cuenta nueva, y tendrán que confiar a que la fortuna vuelve a pasar por Cuenca muy pronto. Y es que la esperanza es lo último que se pierde.