En la línea de lo planteado un día antes por el presidente del Consejo Europeo, Donal Tusk, los líderes de los Veintisiete reclamaron ayer a su colega británica, Theresa May, que consiga el visto bueno del Parlamento británico al acuerdo de divorcio antes de fijar una prórroga para retrasar el Brexit. Un aplazamiento que, en cualquier caso, el bloque comunitario quiere que sea lo más corto posible y que, también siguiendo la idea aportada el pasado miércoles por el jefe de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, no podría ir más allá del 22 de mayo.

A pesar de que May ha pedido una extensión de la fecha prevista hasta el próximo 30 de junio, ni Juncker ni sus todavía socios ven apropiado prolongar tanto los tiempos. Más aún teniendo en cuenta que durante ese tiempo se celebrarán unas elecciones a la Eurocámara. Por eso, fuentes diplomáticas indicaron que el 22 de mayo es el día puesto sobre la mesa durante la cumbre que comenzó ayer y que culminará hoy, ya que si el Reino Unido permanece en la UE el 23 de mayo, cuando comienzan los comicios comunitarios, debería convocarlos.

En cualquier caso, todos los presentes coincidieron en que, antes de poner una fecha concreta, el Gobierno británico deberá llevar a Bruselas el Tratado de Retirada aprobado por la Cámara de los Comunes.

«Podemos hablar de una prórroga, si es técnica, en caso de una votación positiva. Si es negativa, nos llevará a todos directamente a un Brexit sin acuerdo», alertó el presidente francés, Emmanuel Macron.

Ante esta condición, May aseguró que cree que aún es posible un divorcio con consenso, por lo que instó a los diputados de su país a «cumplir» con la ratificación del pacto negociado.

«Sigo trabajando para que el Parlamento pueda adoptar el acuerdo para que podamos salir de manera ordenada», declaró a su llegada a Bruselas.

Sin embargo, su socio en Westminster, el norirlandés DUP, insistió en que no avalará texto alguno si no se introducen cambios. 

hasta el 11 de abril. Por su parte, el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, se mostró partidario de que la prórroga solicitada por Londres tenga como límite el 11 de abril, la fecha máxima para que el Reino Unido notifique su intención de celebrar europeas.

«La elección entre una extensión larga o corta no es la más apropiada, deberíamos pensar en una prolongación útil o inútil», aseveró.

El político italiano recalcó que una extensión que vaya más allá de los comicios comunitarios «causaría daños serios y problemas legales» y se mostró partidario de que las negociaciones ampliadas concluyan antes del último día del trabajo del Parlamento, el 18 de abril. No obstante, apuntó, se podría celebrar una sesión extraordinaria para votar la ratificación del acuerdo del Brexit una vez lo haya hecho Westminster.