Editorial

Los efectos económicos del coronavirus comienzan a aflorar

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El arte de gobernar una sociedad es saber anticiparse a los acontecimientos para paliar sus efectos

Los datos del paro registrado durante el pasado mes de marzo reflejan los primeros efectos negativos que el coronavirus comienza a cosechar. Los incrementos sufridos en el último mes son históricos en Castilla-La Mancha. El dato interanual revela un aumento de 16.139 desempleados desde marzo de 2019, lo que se traduce en un 9,39% más, mientras que en el dato intermensual, desde febrero se perdieron 12.271 empleos, o lo que es lo mismo, se registró una subida del paro del 6,98%. En términos absolutos, Castilla-La Mancha superó la barrera de los 188.000 parados, según los datos que hizo públicos el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Por provincias en términos absolutos, Toledo está a la cabeza de la destrucción de empleo con un incremento del paro del 6,47%, seguida por Ciudad Real, Albacete, Guadalajara y Cuenca.

Por si la situación actual del empleo no fuese ya dramática, la afiliación a la Seguridad Social también se derrumbó en la Comunidad Autónoma. Marzo registró una pérdida de 10.730 afiliados, es decir, un descenso del 1,52% respecto a febrero. El Ministerio de Trabajo aclara que los efectos del Covid-19 comenzaron a notarse a partir del día 12, con lo que no están reflejados aún en estas estadísticas. Desde ese día la bajada de personas ocupadas en Castilla-La Mancha alcanza el 4,91%.

La crisis sanitaria que vivimos durante las últimas semanas comienza a contagiar a la economía. Los datos de paro de marzo así lo demuestran y sólo es el principio, ya que los ERTE y reducciones de jornada no figuran en estas estadísticas y son las fórmulas que eligen prioritariamente las empresas para intentar sobrevivir a la pandemia económica que se nos avecina. La situación es grave y nuestros dirigentes deben comenzar a tomar cartas en el asunto cuanto antes para intentar frenar los efectos del tsunami económico que se nos avecina.

El arte de gobernar una sociedad es saber anticiparse a los acontecimientos para paliar sus efectos y esa es la fórmula que deben utilizar nuestros gobernantes en el plano económico. No es suficiente con el aplazamiento de cuotas ni la rebaja de impuestos, hay que ser más ambiciosos si queremos afrontar el embate que nos espera con garantías de supervivencia. Sólo así podremos salir rápidamente de la tormenta perfecta que se nos avecina.

La batalla contra la enfermedad se está librando ahora en los hospitales saturados de Castilla-La Mancha por la falta de medios y la imprevisión de sus máximos responsables, pero eso no nos puede suceder con los efectos económicos de la pandemia, porque, además, estarán poniendo en peligro de exclusión social a los ciudadanos que dicen proteger.