Varias alumnas del profesor relatan tocamientos y abusos

Leo Cortijo
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La segunda jornada del juicio contra el profesor sirvió para que prestaran declaración varias de las presuntas víctimas que se han personado como acusación particular, declarando que el acusado cometió los delitos por los que se le juzga

Varias alumnas del profesor relatan tocamientos y abusos

La segunda jornada del juicio contra el profesor del Conservatorio de Música de Cuenca acusado de diferentes delitos de abusos sexuales, J.M.M.T., ha servido para que también prestaran declaración algunas de las presuntas víctimas que se han personado como acusación particular en este proceso. Todos ellos han confirmado en diferentes intervenciones que el acusado cometió los delitos por los que se le juzga y por los que la Fiscalía solicita para él 56 años de prisión.

H.A.R., que fue alumno suyo durante tres años y medio y que cambió de profesor a mitad del último curso, declaró que al principio fue un docente "duro y exigente" que simplemente quería obtener "los mejores resultados de sus alumnos", pero que luego modificó su comportamiento y empezó a ensañarse "conmigo y con mi familia si no obtenía los resultados". Uno de los comentarios que más marcó a este alumno fue cuando, "con 13 o 14 años", le entregó un currículum y el profesor "lo hizo una bola, lo tiró y me dijo que me podía limpiar el culo con él". Esto lo hacía delante de todo el mundo. 

H.A.R. comentó que ante las continuadas faltas de respeto hacia su persona y empleo de descalificativos, "el resto de alumnos se callaban". De hecho, dijo, "esperaba un poco de apoyo por su parte, pero no, incluso a veces se reían por lo bajo". No en vano, apuntó que tenerlo como profesor le ha afectado psicológicamente y que, de hecho, por eso desarrolló un trastorno obsesivo compulsivo e inseguridad en sí mismo. Ahora mismo, añadió, está en tratamiento psicológico.

Por su parte, otra de las denunciantes, E.R.M., declaró que los días que tenía clase con él "no podía ni comer". Tanto es así que llegó a fingir que estaba enferma para no tener que ir. Iba con “náuseas” a las clases, dijo. Esta alumna comentó que a ella no le hizo comentarios de índole sexual, pero "sí los hacía continuamente hacia otras personas", como por ejemplo que "las chicas tenían que llevar tangas para ir a los conciertos". En su opinión, "es violento con esa edad escuchar este tipo de comentarios".

E.R.M. declaró que haberse cruzado en el camino del acusado le afectó psicológicamente, pero de forma especial a su hermano, J.R.M., que no pudo prestar declaración en la vista oral por prescipción médica. La fiscal, María Isabel Gómez, pidió entonces que se tuviera en cuenta la declaración que este denunciante realizó en sede judicial en diciembre de 2015, y así se procedió a su lectura, pese a la oposición y el malestar del abogado de la defensa, que pidió que se le permitiesen enunciar las preguntas que tenía preparadas para este testigo. El juez que instruye el caso, Martínez Mediavilla, le contestó diciendo que eso no tenía ninguna "eficacia práctica".

En esa declaración previa, J.R.M. confirmaba que sufrió humillaciones profesionales y personales y que eran "habituales" en la forma de enseñar del docente. De hecho, necesitó tratamiento psicológico por estos hechos. E.R.M., que relató el calvario por el que pasó su hermano, apuntó al respecto que J.R.M. "llegó a atrancar la puerta de su habitación con una mesa para no tener que ir al Conservatorio". Por otro lado, sacó a colación el hermetismo que había en torno al caso, y es que además de una "sensación de dependencia" con respecto al acusado, "había una sensación de que lo que pasaba dentro de la clase no se podía decir; sentíamos que no teníamos el derecho a decir lo que pasaba".

A lo largo de la sesión, por la Audiencia Provincial también pasaron tres presuntas víctimas más, A.T.D., A.H.R. y M.C.D.M., que también narraron varios comportamientos y verbalizaciones de contenido sexual, en algunos casos llegando a tocamientos. Por otro lado, también prestó declaración la agente de Policía que llevo el caso desde el inicio, para afirmar que una vez que acudió la primera víctima, fueron hablando con otros alumnos que también pudieron ser víctimas, desentendiéndose del tema varios de los contactados. Asimismo, el actual director del Conservatorio también compareció explicando que todas las aulas están insonorizadas y que tienen un ventanal en el muro.