La mayoría de los grupos folklóricos de la región no han podido retomar sus ensayos ni volver a los escenarios desde hace más de un año debido a la pandemia por la Covid-19. Las nuevas tecnologías están sirviendo para mantener el contacto de manera simbólica a muchos de ellos, pero lo cierto es que su actividad se caracteriza por compartir en un mismo espacio las raíces de cada lugar, con música, cánticos y baile, unido a trajes típicos, que mantienen viva la esencia de cada tierra.

Tarancón se convertirá este domingo en capital del folklore en la región, pues la Federación Castellano-Manchega de Asociaciones de Folklore, integrada por 66 grupos celebrará su asamblea general por la mañana en el auditorio municipal. Esta reunión anual se enmarca en el 40 aniversario del anfitrión, el grupo folklórico Caño Gordo, que espera poder conmemorar sus cuatro décadas este verano, y en los actos del centenario de Tarancón como noble ciudad. “Es un acto muy importante dentro del mundo del folklore en la región, estamos muy contentos y agradecidos”, confirma Ricardo Alcázar, presidente de Caño Gordo. Siguiendo con el cumplimiento estricto de las medidas sanitarias establecidas, podrán acudir dos representantes de cada grupo, respetando un aforo máximo del 40 por ciento en el patio de butacas. Está previsto que representantes de la Diputación provincial y Ayuntamiento arropen a la Federación Regional de Asociaciones de Folklore en su asamblea al inicio del encuentro, que ya de manera interna abordará cuestiones como la aprobación de cuentas y la renovación de cargos. Adaptándose a la situación de pandemia, las habituales jornadas de otoño se llevaron a cabo de manera virtual, por lo que será la primera vez que los representantes de los grupos vuelvan a encontrarse ante un escenario en el que aún prima la incertidumbre. “El año pasado el primer estado de alarma nos pilló con todo preparado para celebrar nuestro 40 cumpleaños, ya que el grupo nació en 1980, pero no pudo ser, ahora estamos trabajando en los actos especiales y el festival, que queremos llevar a cabo entre final de julio y primeros de agosto, pero aún no hay nada cerrado”, apunta Ricardo Alcázar. Aún no han podido retomar los ensayos, son diversas las actuaciones pendientes, y muchas las ganas de recuperar actividad según la evolución de la Covid-19 permita. “A final de 2020 participamos en un programa de la televisión regional y grabamos una actuación para el programa Talia de la Diputación, hicimos un ensayo virtual simbólico con los miembros de Caño Chico, nos fuimos animando, pero el regreso se ha ido prolongando”, comenta el presidente de Caño Gordo, uno de los cuatro grupos de la provincia que forma parte de la Federación Castellano-Manchega de Asociaciones de Folklore. Guardián de las raíces de Tarancón y embajador también de las tradiciones locales, con las que no han podido cumplir desde hace año y medio, como el reciente cántico de los mayos. La asamblea de este domingo, que ya se celebró una vez en Tarancón siendo presidente de Caño Gordo Gabriel Fernández, espera servir de aliento al folklore de la región, que ansía disfrutar con el público de sus señas de identidad, uno de los mayores tesoros inmateriales con los que cuenta Castilla-La Mancha.