Que Izquierda Unida y Podemos estén en contra de la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN confirma que los comunistas siguen anclados en el pasado. Era la misma posición de los partidos comunistas de los diferente países de Europa cuando aún existía la Unión Soviética. Las recurrentes campañas contra la pertenencia a la Alianza Atlántica -como vimos en España cuando el referéndum de 1986- reflejaban el interés de Moscú en evitar la ampliación de la organización político militar que daba réplica al llamado Pacto de Varsovia, la estructura espejo de la OTAN formada por la URSS y los países socialistas satélites del Este de Europa.
La Unión Soviética se desintegró hace treinta años, pero Rusia es la heredera de los mismos intereses estratégicos. La invasión de Ucrania, una agresión contraria al derecho internacional, ha venido a confirmar que los partidos comunistas de algunos países de Occidente que no han condenado de manera tajante la dicha agresión, siguen instalados en el pasado. Sirviendo a los mismos intereses y con las mismas o parecidas consignas.
Bajo un discurso de apariencia pacifista en el que se cuelan los viejos prejuicios anti norteamericanos -"lucha contra el imperialismo"-, la izquierda clásica (IU) y la nueva (Podemos) se oponen a la ampliación de la OTAN pasando por alto el hecho que Suecia y Finlandia son dos países que desde el final de La Segunda Guerra Mundial se habían mantenido neutrales pero que ahora, tras la invasión de Ucrania, se sienten amenazados. En la votación celebrada en el Congreso que finalizó con el aval a la entrada en la Alianza de los dos países nórdicos, los diputados de IU votaron en contra y los ministros de Podemos se abstuvieron. También se abstuvo Alberto Garzón, ministro de Consumo y jefe de filas de Izquierda Unida. Al parecer a resultas de haber sido conminado por Pedro Sánchez a abandonar el Gobierno caso de votar en contra.
El Senado tiene previsto ratificar esta semana por procedimiento de urgencia y en lectura única el aval de España a la ampliación de la OTAN. Ni Podemos ni IU cuentan con representación en la Cámara Alta circunstancia que nos ahorrará el espectáculo de un Gobierno dividido como pudimos ver en el Congreso. Los comunistas están anclados en el pasado. Ponen palos en las ruedas, pero no dimiten. Se justifican hablando de "cabalgar sobre las contradicciones", pero no pasa de ser una muestra más de cinismo.