Los agricultores ultiman la siembra de cebada

J. López
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La campaña del cereal arranca con unas condiciones meteorológicas «excelentes»

Los agricultores ultiman la siembra de cebada

Estos días de otoño  son claves para el cultivo más importante de la provincia. Los agricultores conquenses aceleran la siembra del cereal de invierno que se recogerá, si todo va bien, allá por los meses de junio y julio. Aunque no es de forma generalizada, la mayoría de productores ya han preparado las tierras y sembrado las distintas variedades de cereal, mientras otros esperan las condiciones apropiadas para, en tiempo y forma, colocar la semilla en el suelo fértil.

Las condiciones meteorológicas son «excelentes», afirma el agricultor y miembro del Comité Ejecutivo de Asaja Cuenca, Carlos Cifuentes, que explica que en la zona de la Mancha «ya están nacidas» las plantas y por la Alcarria hay productores que están ultimando las tareas. Lo cierto es que las lluvias y las buenas temperaturas han propiciado que la tierra «esté perfecta e ideal para la siembra. El terreno está húmedo, las noches son largas, el sol no tiene tanta fuerza y con la temperatura que tiene la semilla puede germinar. 

De nuevo, la cebada volverá a ser la reina de los cereales de invierno en la provincia –Cuenca es la principal productora del país con más de 260.000 hectáreas–. No obstante, no llega a ocupar el 90 por ciento del total del cultivo de cereal por las exigencias que vienen de Europa a la hora de cumplir con la norma de  rotación de cultivos y  la diversificación. Aún así, «el porcentaje de cebada en todas las explotaciones de la provincia es el más alto con diferencia», dice Cifuentes, que justifica el descenso en trigos o avenas por la sequía y el cambio climático «pues son cultivos más exigentes en abonados y en agua».

Otra de las particularidades que provoca que el agricultor siga apostando por la cebada es la investigación dedicada a este cultivo, que permite un amplio abanico de semillas diferenciadas  y adaptadas a los climas más extremos, o la posibilidad de sembrar variedades de ciclo corto que se siembran en primavera. «Jugamos con todo este tipo de factores. Hay una amplia variedad de semillas en el mercado y, por suerte, es un cultivo que se adapta muy bien a la provincia», manifiesta Cifuentes. 

Problemática. A las malas hierbas que crezcan durante los próximos meses y a los fenómenos meteorológicos que pueda sufrir el campo en todo el ciclo de crecimiento, se suma que en las últimas semanas se han producido daños provocados por especies cinegéticas en varias comarcas de la provincia porque «los jabalíes están buscando semillas. Empieza a escasear el alimento y buscan en las siembras nacidas, levantando la tierra», indica. 

Sin embargo, el mayor inconveniente para el agricultor sigue siendo el de los bajos precios. A pesar de que la campaña pasada fue buena en rendimiento, la cantidad que se abona se ha estancado en los últimos tiempos. Los gastos que tiene el productor «no bajan y el precio de cebada es el que venimos teniendo prácticamente en los últimos 12 años, incluso menos que cuando yo empecé».

En ese sentido, expone el miembro de la organización agraria en Cuenca que, «con las exigencias que nos vienen de Europa y las prohibiciones de usar ciertos productos por la ecología, tenemos que intentar  producir más con menos armas». Se trata, por tanto, de tener mayores rendimientos, con «variedades mejores y más resistentes que se adapten al clima que está cambiando, y sacar más kilos para compensar. A ver si la investigación nos ayuda con las variedades de semilla, para tratar de producir más kilos y así compensar el déficit que tenemos en los precios», concluye.