Las 'víctimas' políticas del tren

Leo Cortijo
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La supresión del ferrocarril convencional ha estado en el ojo del huracán durante buena parte de la legislatura y a ello se circunscriben, de una manera o de otra, una parte importante de las renuncias de concejales.

Las víctimas políticas del tren

En esta legislatura que a punto está de llegar a la meta, hasta siete concejales de los que en junio de 2019 tomaron posesión ya no forman parte de la Corporación. El último ha sido el popular José Manuel Cañizares. Unas filas que también perdieron en su momento a Elsa Jiménez. Vicente Martínez y Allady Rodríguez abandonaron el equipo de Gobierno socialista, mientras que Dámaso Matarranz, César Sánchez Meléndez y José Ignacio Albentosa hicieron lo propio en Cuenca nos Une.

Ahora bien, lo más llamativo de todo es que en muchas de esas despedidas, la supresión de la línea de tren convencional ha estado en el ojo del huracán. No solo han sido renuncias a la actividad del Salón de Plenos, también salidas de los grupos, como es el caso de Ana Isabel Payán, que hace escasas semanas pasó a ser concejal no adscrita. Ella, junto a su compañero Dámaso Matarranz, siempre se posicionaron en contra de la eliminación del ferrocarril. Asunto fundamental –entre otros, eso sí– por el que chocaron de bruces con la posición predominante de su formación, que no fue tan tajante al respecto. Así todo, Payán agotará el mandato como no adscrita, mientras que Matarranz trabaja en la constitución de un nuevo partido.

Cañizares, por su parte, no se ha andado por las ramas, y entre los argumentos que ha señalado como origen de su salida, centra el foco directamente en el tren. En su argumentario, explica que hasta la fecha ha trabajado para reclamar «de manera inequívoca, con convicción y ninguna intención demagógica», la renovación y modernización de la línea del tren convencional para convertirla en línea de transporte de mercancías. Una hoja de ruta en la que ahora no percibe –añade– «una posición inequívoca de los candidatos del PP para gobernar en Castilla-La Mancha y España». 

Lo que le hace sentir «inhabilitado» para continuar por ese camino «con igual firmeza» representando a un partido político «cuya estrategia ahora discuto». Cañizares confirma que no se plantea conservar su acta como concejal no adscrito y, ojo, que no descarta incorporarse a otros proyectos políticos «destinados a abordar, de forma independiente y beligerante, las oportunidades y derechos de Cuenca».

El equipo de Gobierno también lo vivió en sus propias carnes. Vicente Martínez dimitió de sus responsabilidades en el Consistorio por «responsabilidad» al entender que no podía compatibilizarlo con su trabajo al frente del sindicato UGT. «He hecho lo que creía que tenía que hacer en cada uno de los puestos» y «no he tomado decisiones que no quería», apuntó en una entrevista a La Tribuna, sabiendo que durante mucho tiempo sobrevoló la posición totalmente frontal del sindicato a la del Gobierno municipal del que él formaba parte.