Emmanuel Macron fue investido ayer para un segundo mandato de cinco años como presidente francés que, según avanzó, estará marcado por «un proyecto europeo de progreso científico y ecológico», en el que la primera prioridad será el conflicto en Ucrania.
«La fase que se abre será la de una acción resuelta para Francia y para Europa», subrayó Macron en un discurso de algo menos de 10 minutos durante la ceremonia que se desarrolló en el Palacio del Elíseo y en la que se presentó como «un presidente nuevo» para cubrir las expectativas de «un pueblo nuevo».
Lo más urgente, destacó, es «evitar cualquier escalada tras la agresión rusa en Ucrania» y «ayudar para que gane la democracia» en ese país, con el fin de «construir una nueva paz europea y una nueva autonomía de nuestro continente».
El mandatario francés hizo una clara interpretación del significado de su reelección el pasado 24 de abril en la segunda vuelta de las presidenciales, con un 58,5 por ciento de los votos frente a la ultraderechista Marine Le Pen.
«Donde muchos pueblos han cedido al repliegue, a la tentación nacionalista, a la nostalgia del pasado, a las sirenas de ideologías que pensábamos haber dejado el siglo pasado, el pueblo francés ha optado por un proyecto europeo de progreso científico y ecológico», señaló el dirigente galo. «Un proyecto -añadió- claro y explícito de futuro, un proyecto republicano y europeo, un proyecto de independencia en un mundo desestabilizado» y que «da la espalda a la demagogia fácil».
Más allá de esa dimensión profundamente europea, su discurso también quiso ser un anticipo de su voluntad de intentar abordar las múltiples fracturas que atraviesan Francia y que han quedado en evidencia en sus primeros cinco años en el poder y en la campaña electoral para su reelección.
El mandatario aseguró que trabajará «para construir una sociedad de pleno empleo», para hacer de su nación una «gran potencia ecológica» y para «seguir atacando de raíz las desigualdades» a través de «una escuela cada vez más incluyente» y «con una sanidad más accesible en todo el territorio».
Adversario común
Su investidura coincidió en la jornada con un acto de la nueva coalición de la izquierda francesa en el que buscó dar una imagen de unidad de cara a las legislativas de junio gracias al adversario común, Macron.