Deutsche Bank y Commerzbank, los mayores bancos comerciales privados de Alemania, decidieron ayer interrumpir las negociaciones para fusionarse porque no interesaba a sus inversores, debido a que los costes de reducción de personal hubieran sido muy elevados y no hubieran compensado las sinergias.
El pasado 17 de marzo Deutsche Bank y Commerzbank, en el que el Estado alemán tiene una participación del 15%, anunciaron mantener conversaciones de sondeo para fusionarse.
Los dos tienen una escasa rentabilidad y la capitalización bursátil de Commerzbank es muy baja, lo que le convierte en una novia atractiva para ser adquirido por un banco extranjero.
Los últimos rumores apuntaban a que el banco italiano Unicredit y el holandés ING tienen interés en Commerzbank, aunque también el francés BNP Paribas y el español Santander.
El presidente de Deutsche Bank, Christian Sewing, aseguró que lo primero que tienen que hacer es concentrarse en solucionar sus propios problemas.