Me llega un meme por WhatsApp que se ha hecho viral y que seguro que todos conocen.  Es ese en el que aparece un grupo de extraterrestres, de esos con la típica imagen que siempre representamos, bajitos, desnudos, cabezones y con unos ojos como platos. El caso es que uno de ellos pregunta: «Pero vamos a ver, ¿después de la pandemia y el volcán no íbamos nosotros?  A lo que el que parece ser el jefe del pelotón de extraterrestre le responde: «¡Que no, coño, que noooo! ¡A ver si estamos al tema! Primero la pandemia, luego el volcán, ahora Putin la lía y después ya nos toca a nosotros. Y al final el meteorito, así que atentos todos».
Al meme le falta colocar en primer lugar, antes de pandemia, volcán, Putin, extraterrestres y meteorito, el abrazo de Sánchez con Iglesias, que representa la llegada de Sánchez al poder con la amalgama de socios impresentables que están dejando a España como unos zorros. Lo digo porque ya se aprecia, tanto en los mensajes directos de los miembros del Gobierno, como en las noticias de sus medios de comunicación afines, que la guerra de Ucrania les está viniendo como anillo al dedo para justificar todos los males perpetrados, incluyendo, por supuesto, el conjunto de desastres que ya vivíamos antes de que a Putin se le ocurriera cruzar el Rubicón. Y todo ello, como siempre, aprovechando tanto la avalada destreza propagandística que los caracteriza, como el conocimiento de la constatada memoria líquida y olvidadiza de los ciudadanos y el general nulo sentido crítico de la población.
Si la irrupción de Sánchez y su panda ya nos había dejado temblando respecto de la subida generalizada de los costes, llueve ahora sobre mojado con la acometida de Putin en el nuevo panorama mundial, que nos dejará patitiesos cuando dentro de nada empecemos a ver la inflación representada con un porcentaje de dos dígitos, mientras el Gobierno sigue sin modificar ni un ápice sus mensajes vinculados al incremento del gasto.
A partir de ahora la invasión de Ucrania tendrá el protagonismo y la culpa de todo. Pasa en 'Cortina de humo', película de Barry Levinson, con Dustin Hoffman y Robert De Niro, donde el presidente de los Estados Unidos decide inventarse una guerra en Albania para desviar la atención de la prensa de su affaire por una situación escandalosa que le pilla justo antes de su reelección. En nuestro caso no han hecho falta invenciones. A Sánchez la guerra le ha llovido del cielo, una cortina de humo que ocultará la realidad, desviará la atención y trasladará responsabilidades y culpas. Una magnífica distracción para encubrir, para disimular la verdad, para engañar y confundir.
Probablemente, tras la sucesión de dramas que está viviendo la humanidad, la ventaja en España es que para cuando llegue el meteorito ya no quedará nada que destruir.