Dolz alaba el CNEP como un «refuerzo» para muchos sectores

Leo Cortijo
-

El alcalde alaba los beneficios del flujo de personas que genera el Centro de Estudios Penitenciarios y que eso supone un espaldarazo económico en hostelería, restauración, comercio, transporte, inmobiliaria o turismo.

Los alumnos del Centro Nacional de Estudios Penitenciarios, a las puertas de la Escuela Politécnica del Campus de Cuenca durante un descanso entre clase y clase. - Foto: Reyes Martínez

La población de Cuenca ha crecido sensiblemente de la noche a la mañana. Y eso en una ciudad que vive agobiada por el peso de la losa de la despoblación, es una noticia más que importante. Desde el pasado lunes por línea general y en algunos casos unos días antes, la ciudad cuenta con 457 nuevos vecinos. Son los alumnos de la primera promoción del Centro Nacional de Estudios Penitenciarios, tienen una media de edad que ronda los 25 años y llegan desde todos los rincones de la geografía española. Esas 457 personas harán vida en Cuenca durante las próximas cinco semanas y eso comprende desde las necesidades más básicas como comer, beber o dormir, hasta las accesorias, como visitar los museos de la ciudad o hacer turismo por la provincia junto a sus familias. La influencia de su presencia entre nosotros es algo que ahora está en el candelero. ¿Hasta qué punto el desembarco de estas personas genera un impulso en la economía local?

Darío Dolz lo tiene meridianamente claro y no escatima en calificativos para valorar la huella económica y social de los alumnos del CNEP. Habla de «revolución» y de «transformación» para ensalzar los beneficios que estos jóvenes aportan, y es que «suponen un refuerzo para muchos sectores productivos de la ciudad». Hostelería, restauración, comercio, transporte, inmobiliaria o turismo son algunas de las patas de la mesa que a juicio del alcalde se ven reforzados gracias a su llegada. El punto de partida es sencillo a la par que práctico, y es que «hay más vida en la ciudad».

Visto en perspectiva, Dolz pone un ejemplo para defender su postulado: es como si en apenas un suspiro «hubiéramos generado un nuevo barrio en Cuenca con más de 450 vecinos que van a vivir junto a nosotros durante diez semanas». A ese nuevo vecindario habría que añadir a los alumnos de la escala superior, «que serán en torno a 70 personas» y que llegarán una vez que el segundo grupo se haya marchado, antes del verano. Y entre tanto, completa el regidor, «con una Semana Santa de por medio que es el momento cumbre para Cuenca». Razón por la que se enlazarían entre tres y cuatro meses con un «repunte» de la actividad. Durante el resto del año habrá que añadir los «goteos constantes» de los cursos o seminarios de formación para la plantilla general de Instituciones Penitenciarias, formada por unas 24.000 personas.

Diego López, secretario de la Agrupación de Hostelería y TurismoDiego López, secretario de la Agrupación de Hostelería y Turismo - Foto: Reyes Martínez

Una de las peculiaridades más llamativas de la primera hornada de alumnos es su edad media. Dolz explica que, según le han transmitido desde la Secretaría General competente, los alumnos oscilan entre los 24 y los 26 años, y eso a su juicio aporta «otro dinamismo» a la ciudad. «No es lo mismo que venga gente de 54 años como tengo yo, por ejemplo, que lo hagan personas mucho más jóvenes, con otras inquietudes», argumenta al respecto. No en vano, eso se deja notar en un mayor grado dependiendo del sector de actividad. El primer edil vuelve a poner un ejemplo sobre la mesa, como ha sido el caso de un gimnasio que ha ofrecido «condiciones especiales» para ellos, lo que a su vez ha supuesto que se apuntara un grupo «notable».

De la misma forma se deja notar en los bares de la ciudad, y es que el propio alcalde ha podido comprobar cómo «la parroquia de algunos ha crecido», teniendo una «actividad adicional» a lo que suele ser un lunes o un martes habitual. Pero es más, Dolz está convencido de que además de tomarse una caña en un bar o comer en un restaurante, todas estas personas «tendrán que ir a la óptica si se le rompen las gafas o a la droguería si quieren comprarse un perfume porque se les ha acabado». «El hecho de que hayan venido tantas personas y vayan a venir muchas más es algo trascendental que va a cambiar el futuro de la ciudad», remata en este capítulo. Y es que esta «situación totalmente convulsiva en el mejor sentido de la expresión» –apunta– no solo se va a notar en esta materia, sino también en el flujo de personas que los estudiantes traigan consigo, pues «sus familiares vendrán a visitarlos, conocerán nuestra oferta cultural, patrimonial y cultural, y serán embajadores de Cuenca cuando lleguen a sus lugares de residencia».

Ante las quejas. Dolz también es tajante, por otro lado, ante los 'peros' por la venida de esta infraestructura. «No puedo entender que haya una crítica hacia una mejora contundente de la economía de la ciudad», señala antes de subrayar que «tenemos que ponernos en una posición favorable ante una situación como ésta o similar», como cuando se celebra un gran evento cultural o deportivo, sin ir más lejos. Con todo, considera que la «inmensa mayoría» de la gente valora de «forma positiva» la llegada del CNEP, y es que «solo ha sido una parte de algunos sectores la que esto no lo ha visto del todo contundente». Así, Dolz cree que lo mejor es «dejar que pasen estas cinco semanas, la Semana Santa y las otras cinco semanas» para que sea entonces cuando se haga balance y «se vea la repercusión económica que ha tenido para la ciudad».

Martín Romero, gerente de Inmobiliaria RomeroMartín Romero, gerente de Inmobiliaria Romero - Foto: Reyes Martínez

 

DIEGO LÓPEZ // Agrupación de Hostelería y Turismo 

«Se nota en el ocio nocturno y en los bares, pero no en los alojamientos» 

José Miguel Bermejo, presidente de la Asociación de ComercioJosé Miguel Bermejo, presidente de la Asociación de Comercio - Foto: Reyes Martínez

No es oro todo lo que reluce para la Agrupación de Hostelería por cómo el CNEP influye en su día a día. Diego López, secretario de la asociación que agrupa al sector subraya que en alojamientos «apenas se ha notado» la llegada de los estudiantes, mientras que en los bares y el ocio nocturno «sí es cierto que se ha visto más movimiento en algunos sitios». En restauración –apostilla– «habrá que esperar unos días para saberlo». Así, cree que esta radiografía que plantea «tiene mucho que ver» con el perfil del visitante, y es que en la mayoría de los casos son «jóvenes que acaban de aprobar una oposición tras mucho estudiar, que van a pasar cinco semanas fuera de casa y que lo que quieren es pasarlo bien».

Con todo, esta es una circunstancia que no le sorprende en absoluto, y es que «lo he venido diciendo durante todos estos meses». Para este tipo de cursos de cinco semanas, argumenta, «los hoteles no somos la referencia» y por ello en todos los establecimientos de este sector la demanda ha sido «mínima». Considera que hoteles, pensiones, hostales y alojamientos turísticos «seremos más protagonistas en los cursos de dos o tres días», y es que ahora, «por mucho que intentemos ajustar precios, hay unos gastos que debemos cubrir y no podemos competir con pisos que, posiblemente en su mayoría, no van a declarar los beneficios que obtengan». Desde ese punto de vista, López asegura que en la Agrupación se sienten más «dolidos» incluso por cómo han sido «criticados» en algunas ocasiones por las tarifas que dispusieron «cuando resulta imposible ponerlas más bajas». Unas críticas, por cierto, a las que no han contestado al entender que éste era un proyecto «de ciudad».

 

MARTÍN ROMERO // Inmobiliaria Romero

«Hay propietarios que no quieren alquilar solo para cinco semanas» 

Una de las incógnitas más interesantes de despejar de la ecuación es dónde se están alojando los estudiantes del CNEP. Martín Romero, experto conocedor del mercado inmobiliario, apunta que han tenido un pico de actividad durante las últimas semanas por este motivo. Ha sido de forma telemática, por correo electrónico, porque la mayoría «no podían desplazarse para ver los pisos». Aunque destaca que la mayoría de los alumnos han optado por formar grupos masivos de Telegram y WhatsApp y compartir en ellos habitaciones vacías para completar viviendas. Así es como se está alojando en Cuenca una parte importante de estos 'nuevos vecinos', aunque también hay un porcentaje mucho menor que está en hostales, pensiones y alojamientos turísticos.

Muchos de los estudiantes se quejan del encarecimiento de los precios, algo que Romero intenta explicar desde el punto de vista del propietario, y es que «no todos quieren alquilar por el mismo precio solo para cinco semanas». Los dueños, insiste, buscan «continuidad y estabilidad». Además, entiende que no es «cómodo» alquilar para un periodo tan corto, por ejemplo, a la hora de limpiar el piso, organizar los consumos o facilitar los equipamientos, ya que las viviendas de larga duración no suelen incorporar ropa de cama o vajilla, sin ir más lejos, y en este caso sí debe ser así porque las necesitan de inmediato.

Puede ocurrir algo distinto para los propietarios de viviendas de uso vacacional, y es que en este caso «en lugar de cobrar, por ejemplo, 70 euros diarios para un periodo más corto como el fin de semana, lo cobran a 50 al garantizarse cinco semanas seguidas de estancia».

 

JOSÉ MIGUEL BERMEJO // Asociación de Comercio

«Más población y gente trabajando aquí son más posibilidades de venta» 

«En la Asociación de Comercio tenemos una máxima y es que a más población y más gente trabajando en la ciudad, más posibilidades de venta tienen nuestros establecimientos». Así arranca su opinión el presidente de este colectivo, José Miguel Bermejo, que sostiene que es una «cuestión de probabilidad» el que se consuma en sus negocios «si hay más gente paseando por las calles y viendo escaparates». Aunque todavía es «demasiado pronto» para valorar la influencia que han tenido los 450 primeros alumnos, cree que con ello «se pueden beneficiar todos los sectores comerciales y hosteleros», además de «dar a conocer nuestro patrimonio histórico para que deje un poso en estos visitantes que les incite a volver con sus familias».

Más allá de si consumirán en el pequeño o en el gran comercio, Bermejo considera que lo «principal» es que se consuma en la ciudad y «que el dinero y los impuestos que genera ese consumo se queden en Cuenca». Eso sí, como presidente de la Asociación de Comercio «desearía que se utilizara el de proximidad como principal canal de venta para estos visitantes temporales, ya que podemos ofrecer una oferta excepcional y cubrir todas sus necesidades». Bermejo termina como empezó, recordando que lo que suponga población es «positivo» porque son más «potenciales clientes». «Está comprobado que cuanto más grande es una ciudad más establecimientos y más superficies comerciales tiene», remata al respecto.