Un goleador inagotable

Diego Izco (SPC)
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Jorge Molina celebra un gol con el Granada, club que acaba de renovarle hasta junio de 2023. - Foto: AFP7 vía Europa Press

Las historias de longevidad deportiva tienen que ver con muchos factores. En la actualidad, los métodos de entrenamiento y recuperación han conseguido prolongar la edad útil de la musculatura aplicada al deporte… pero, a partir de cierta línea psicológica, más que músculos hay que tener ganas. Volver a ser niño, de alguna forma, y redescubrir otra vez el juego.

Jorge Molina va batiendo ciertos récords de longevidad en nuestra Liga, como el que 'cayó' el pasado fin de semana en Palma, donde el alicantino se convirtió en el más veterano en la historia de la competición en hacer dos goles en un mismo partido: 40 años y 16 días… un récord que une al que alcanzó en diciembre, cuando logró un 'hat-trick' con 39 años y 241 días y estableció una plusmarca histórica en cualquiera de las cinco grandes ligas del Viejo Continente. 

Ambas hazañas, además, las logró ante el mismo conjunto, el Mallorca: es el primer jugador que logra cinco tantos contra un mismo rival en una misma temporada (sin pertenecer a Madrid o Barça) desde que Xabi Prieto (Real Sociedad) le hiciese cinco al Real Madrid en la 12/13. El donostiarra lo hizo en plena efervescencia, a los 29 años; el de Alcoy, a la edad en la que la mayoría ya disfruta de una merecida jubilación con las botas colgadas. 

La exhibición

«Los goles me dan ganas de seguir trabajando y disfrutando del fútbol», dice Molina, todavía con brillo en los ojos cuando le preguntan por una jugada, por un choque, por un remate… o por una asistencia. En ese 2-6 del sábado (refrendado este martes pasado con el 1-0 sobre el Athletic) el punta del Granada saltó al campo en el minuto 51 con 1-2 y decidió montar el 'show del abuelo': asistió a Puertas en el 1-3, marcó el cuarto con un remate ajustado al palo, rebañó un balón imposible para darle el pase de gol a Uzuni en el quinto e hizo el sexto desde dentro del área. Una exhibición impropia de la edad… aunque propia de quien todavía disfruta del juego y tiene condiciones para hacerlo. 

Molina es una inagotable 'paleta' del gol, un 'currela' al que le llegó relativamente tarde la gloria de los modestos: no son pocos los casos de futbolistas que se hinchan a meter goles en esos campos perdidos del fútbol aficionado o semiprofesional y, de repente, se topan en su vida con un director deportivo que arriesga. Alcoyano, Benidorm, Gandía, Poli Ejido… Aquellos fueron los bancos de pruebas de un tiarrón de casi 1,90 metros que, curiosamente, dominaba más el fútbol a ras de suelo que por arriba. 

De hecho, como no ha militado en ningún 'grande' a lo largo de su carrera, no se estudiará cómo un delantero de semejante envergadura ha sido tantas veces indetectable para las defensas, cómo ha logrado encontrar el espacio necesario para controlar y disparar con tiempo o cómo ha conseguido mantener intactos hambre e instinto durante tanto tiempo y con tantos compañeros diferentes. 

Después de foguearse en esos peldaños inferiores, Elche (Segunda, 09/10) fue su particular Cabo Cañaveral desde el que despegar:allí metió 26 goles en 38 partidos y el Betis (entonces en Segunda) pagó 1,6 millones de euros por su ficha. Jugó seis años como verdiblanco (213 encuentros, 77 dianas) hasta que el Getafe encontró en Molina la pieza clave para el regreso y consolidación en la élite. Ya entonces tenía 35 años y se especulaba con su adiós en todo lo alto… pero todavía dio tres campañas de gloria en el sur de Madrid y va camino de otras tres en Granada: las dos acumuladas (suma un total de 27 tantos) y la tercera por la que acaba de renovar.