Optimista por naturaleza, el taranconero Mariano Collado Párraga, cree que el corazón histórico de su ciudad «posiblemente vuelva a resurgir, no me veo pintando la zona nueva, alguien dijo un día en un medio de comunicación que Tarancón es un compendio entre Horcajo de Santiago y Arganda del Rey, y es verdad, ni somos una cosa ni la otra, no es el más feo pero tampoco el más bonito, es nuestro pueblo y hay que aceptarlo».
Uno de los requisitos para conservar el casco antiguo, considera, pasa por entender que su mantenimiento es responsabilidad de todos, «siempre se reclama al Ayuntamiento cuando es exigible un mínimo de buen gusto y mantenimiento por parte de cada propietario».
Lleva desde hace más de siete años que se jubiló pintando al óleo su visión particular de los lugares más emblemáticos de su localidad natal. A raíz del confinamiento por la pandemia de la Covid-19, el año pasado empezó a divulgar sus obras en las redes sociales y ahora expone una selección de las mismas hasta el 25 de noviembre en la nueva sala de exposiciones temporales del Museo de Arte Moderno, en el auditorio. «Gracias por atreverte por fin y decirnos que sí, para que la gente pueda venir a disfrutar aquí de tus cuadros, has encauzado un movimiento de personas que recordamos con añoranza muchos de los lugares que plasmas», apuntó en la inauguración de la exposición el alcalde, José Manuel López Carrizo, que manifestó que «a ver si entre todos somos capaces de ir reactivando el casco antiguo». Por su parte, el concejal de Cultura, Turismo y Patrimonio, Raúl Añover, hizo hincapié en que el valor añadido de las obras de Mariano Collado está en su capacidad de plasmar recuerdos a partir de imágenes antiguas y de su propia imaginación. «Más allá de la pintura, están los textos que acompañan sus obras, que hemos recogido en un folleto, la corriente que ha generado en Facebook, ha costado que venga pero por fin está aquí esta exposición», significó.
El esternón del casco antiguo de Tarancón, a pincelY es que a pesar de los numerosos seguidores con los que cuenta, este artista taranconero, que también expuso en verano en la peña El Mosto, sigue estando «sorprendido» de la repercusión de sus óleos, que asegura, «realizo con mucho entusiasmo, cariño a mi pueblo y en memoria de una juventud ya desaparecida en muchos aspectos».
Plaza de la Constitución y calle Zapatería, esternón del casco antiguo de Tarancón está formada por 14 obras comentadas, a todo color, auténticas recreaciones inéditas, como otras muchas que tiene, a partir de fotografías propias realizadas en los años 60 y 70 del siglo pasado, sacadas de libros de historia de Tarancón, programas de fiestas, o revistas desaparecidas como Castillejo, de la que fue colaborar, entre otras muchas. Sus vivencias están marcadas por los 30 años que trabajo en la desaparecida imprenta Antona, su afición al coleccionismo, a las tradiciones, a conservar y fomentar la cultura de su ciudad.
«La calle Zapatería fue frontera entre los barrios clásicos, Santa Quiteria y San Roque, ya no queda mucho de ese esternón del casco antiguo, pero sigue siendo una zona emblemática», comenta a la par que recuerda múltiples anécdotas de cada una de sus obras, en las que, como expresa su amigo y ex alcalde Raúl Amores, Mariano Collado «atrapa, detiene el tiempo, un retazo al menos de él, con el pincel».
El detalle
'El callejón del Sargento'
Las recreaciones en pinturas comentadas de Mariano Collado de lugares emblemáticos del casco antiguo son una colección viva, ya que cada jueves comparte en su Facebook uno de sus cuadros, con anécdotas e historias relacionadas, y en torno a cada publicación se generan comentarios, interesantes debates o apuntes históricos.
La última, sobre el callejón al final de la calle Azañón (junto al antiguo Ayuntamiento), conocido como El callejón del Sargento o Callejón del tío Lora, generó más de 60 comentarios (hasta la realización de esta noticia). Todo un intercambio de vivencias y recuerdos sobre un rincón típico cargado de tradición, como otros muchos que refleja cada semana. En este caso, a partir de una foto de Paqui Santos y su propia imaginación, aparece el antiguo despacho de Renfe o la casa habitada por Toribio Narváez, prolífico fotógrafo que captó algunas de las más antiguas y representativas imágenes de Tarancón.