En el Partido Popular están convencidos de que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, pagará en las urnas por plegarse a las exigencias de ERC para derogar la sedición porque los españoles se sienten «engañados, fundamentalmente los votantes del PSOE». Y, precisamente por eso, no ven útil presentar una moción de censura, ya que «no dan los números» y ese trance se lo harán pasar los españoles al presidente del Gobierno en las citas electorales del próximo año.

«Esa moción de censura se la van a hacer los españoles en las urnas a Pedro Sánchez. Tendrán la primera oportunidad de hacérselo en el mes de mayo en las autonómicas y municipales, y tendrán una segunda oportunidad para hacerlo en las generales», declaró la portavoz de los populares en el Congreso, Cuca Gamarra, en una entrevista televisiva. Una afirmación que corroboró el líder de su partido, Alberto Núñez Feijóo, justo después, emplazando por ello a Sánchez a aclarar si está dispuesto a «ceder» ante los independentistas y rebajar las penas «a los corruptos que malversan fondos públicos», después de que el Gobierno haya abierto la puerta a modificar también el delito de malversación.

De hecho, este ha sido el tema que ha elegido Feijóo para la sesión de control de la próxima semana en el Senado. «¿Va a seguir reformando el Código Penal para favorecer a miembros de su partido y a sus socios de Gobierno?», reza textualmente la pregunta que el líder de la oposición formulará al líder del PSOE en el Pleno del próximo martes, aludiendo también así a los condenados por los ERE, como el expresidente socialista José Antonio Griñán.

En esta línea, mantuvo que los pasos que está dando el jefe del Ejecutivo son una «muestra más de su debilidad» y que «cede ante el populismo y el independentismo, facilitando que una parte de nuestro país pueda separarse de España y de la UE».

Por eso, recalcó que el presidente del Gobierno debe «pronunciarse» acerca de «si está dispuesto a ceder ante los independentistas y reducir las penas a los corruptos que malversan fondos públicos, como está haciendo al eliminar el delito de sedición, desarmando así la democracia española».

Feijóo afirmó que en la España actual «los populismos y el secesionismo de extrema izquierda» están llevando al país a «una crisis». «En mi opinión, a una de las crisis más profundas que hemos conocido en la democracia desde la Transición», alertó. Y es que, el jefe de la oposición admitió que tanto el independentismo como el populismo existían desde que se inauguró la democracia, pero la influencia que tienen hoy en el destino de España «carece de precedentes».

CORRUPCIÓN. Mientras, desde Moncloa insistieron en que la lucha contra la corrupción sigue siendo su bandera y en que en Cataluña la situación es infinitamente mejor gracias a la política y la «legitimidad de la democracia, que implica también la potestad para cambiar las normas».

Así lo afirmó la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, en un desayuno informativo al ser preguntada por si la reforma del delito de sedición es un paso más hacia la normalización en esta comunidad.

«Hoy estamos infinitamente mejor que entonces, y eso lo hemos hecho con política y desde la legitimidad de la democracia, que implica también la potestad para cambiar las normas», señaló.

Rodríguez agregó, además, que «si este fue uno de los grandes problemas que encontró este Gabinete, una de sus principales banderas fue la lucha contra la corrupción, junto con la defensa de la ejemplaridad y el avance en calidad democrática, y así sigue siendo».

La ministra eludió, no obstante, pronunciarse sobre la posibilidad de que se reforme también el delito de malversación, como pide ERC, y sobre si las líneas rojas pasarían por poner ciertos límites para que el cambio no pueda beneficiar a los corruptos.

Asimismo, aseveró que frente al problema que se encontraron en Cataluña se podía hacer algo u optar por la «doctrina Rajoy, del no hacer nada» y el Gobierno apostó por «trabajar desde el entendimiento» con las administraciones.

Rodríguez explicó que la «doctrina Rajoy» condujo a una Cataluña como segunda preocupación de los españoles en el CIS de octubre de 2017 y provocó que el 40 por ciento de las familias y amigos de aquella comunidad dejaran de hablarse entre ellos.

Con la acción del Ejecutivo, opinó, se ha conseguido que la preocupación por el tema catalán baje al puesto 41, que la voluntad de independencia ya no sea mayoritaria y que aquellos que se «saltaron las normas se comprometan por escrito a ajustarse a los límites de la Constitución».

La portavoz del Ejecutivo también arremetió contra Feijóo, al ser preguntada por las protestas de los sanitarios en Madrid, y criticó que «no haya dicho ni mu» sobre ello.