Para empezar, varios datos: Castilla-La Mancha tiene un 45 por ciento de territorio forestal. El del 2022, ha sido el verano más caluroso en Europa desde que hay registros y las lluvias han brillado por su ausencia. Si lo juntamos todo, tenemos un verano proclive a los incendios.

Y así ha sido. En Castilla-La Mancha «el número de incendios es similar al año pasado», unos 500 aproximadamente, pero el número de hectáreas afectadas «ha aumentado considerablemente», según adelanta para La Tribuna, Nicolás López, Director del Centro Operativo Regional del INFOCAM. 

Hay, hasta el momento, y a pocas semanas para que termine, al menos de manera oficial, la Campaña de Incendios Forestales, 11.500 hectáreas arrasadas por el fuego, una superficie que comparada con comunidades vecinas «no se puede decir que sea muy elevada» valora López. 

Un incendio cercano al parque Puy Du Fou de Toledo arrasó 900 hectáreas - Foto: F.J.R«Este año hemos seguido muchos incendios que por suerte hemos podido contener o limitar», detrás de ese buen hacer, está la prevención. Son tareas «fundamentales»para que nuestros «montes y nuestras zonas estén más seguros ante un incendio forestal, y además para tener la oportunidad de apagarlos». 

La prevención se lleva a cabo con una exhaustiva planificación previa que se puede realizar gracias a que el operativo del INFOCAM dedicado a ello se mantiene durante todo el año. «Este año pasado hicimos unas 10.500 hectáreas» de prevención, basada en la limpia de vegetación de determinadas zonas para que el fuego no pueda tener continuidad. Unas tareas que se realizan en los meses previos a la temporada de más riesgo. «Muchos de los incendios que hemos podido atajar o limitar, han sido gracias a todas las tareas de prevención que estamos haciendo durante tantos años y durante todo el año», explica López quien añade, que de lo contrario «muchos de los fuegos hubieran arrasado mayor número de hectáreas». 

El equipo lo componen más de 2.800 efectivos que trabajan a diario en la región y también fuera de ella, «siempre que tenemos la posibilidad y nos lo solicitan, tratamos de colaborar en la medida de lo posible con las comunidades que tienen una emergencia», este año se ha colaborado más debido al gran número de incendios que se han dado en todo el territorio. Castilla y León, Madrid, Navarra, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia, Andalucía o Aragón, han sido algunas de las zonas en las que se han desplazado efectivos regionales, «hay una gran coordinación, muy buena colaboración y sintonía» resume López.

Sequía y estrés térmico

Parece que el verano va terminando, pero aún seguimos en época de riesgo alto. Las temperaturas han disminuido, pero las lluvias no están siendo protagonistas, eso significa que hay «estrés térmico» y el terreno aún puede recoger los fuegos.

250 hectáreas en Cañamares (Cuenca) - Foto: INFOCAMLa campaña comenzó el uno de junio, pero fue preciso movilizar medios antes, debido a los efectos de las altas temperaturas. «Venimos de una primavera muy seca», por lo que la vegetación ya estaba seca y «predispuesta en el momento dado a sufrir daños graves», con olas de calor muy tempranas y además muy duraderas en el tiempo. 

Una vez que termine la campaña, se hará una evaluación con un balance final de daños, para revisar los puntos en los que el trabajo de antes y el de durante se puede mejorar, «creo que la región tiene un gran nivel de prevención y de extinción», asegura López.

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