Conquense y San José Obrero medirán sus fuerzas (domingo, 12 horas) en uno de sus momentos más dulces de la temporada. Los hombres de Calleja afianzaron su liderato a costa del Azuqueca, mientras que el cuadro rojillo sigue al alza tras sellar su tercera victoria seguida. Trayectorias que añaden más alicientes a un derbi de máxima rivalidad que hará vibrar a los aficionados que acudan a La Fuensanta.

 

El morbo también estará servido en la batalla, ya que varios futbolistas obreristas defendieron en su día la camiseta de la Balompédica. Es el caso de Kike Aragón, quien formó parte del último ascenso a Segunda B de los blanquinegros. «Mi corazón es rojillo, pero no olvido los buenos momentos que viví allí durante esa temporada y media. Dejé muy buenos amigos, como Alfonso, Vega, Borja Hernández o Sendoa», asegura el talaverano, «agradecido» con la entidad que preside Jesús Fernández.

 

Esos recuerdos quedarán a un lado cuando el balón eche a rodar.  «Será un partidazo», avanza el extremo, convencido de que «ellos parten como favoritos porque van primeros en la tabla y tienen una gran plantilla, pero les costará sudor y lágrimas superarnos».

 

Kike traslada la presión al rival al jugar en su feudo, aunque reconoce que los blanquinegros llegan «con menos urgencias» tras alejarse del Azuqueca. En este escenario, el toledano ve factible «jugarle de tú a tú» a los balompédicos: «Sus futbolistas son muy buenos, pero también son humanos y pueden tener un mal día. Jugaremos sin miedo».

 

Sin nada que perder y mucho que ganar, los pupilos de Fran García sueñan con sorprender al Conquense, que ayer tuvo doble sesión de trabajo. «El equipo es mucho más sólido en defensa y eso nos hace ser optimistas. Ganar sería una victoria moral y una manera de demostrar que hay futbolistas de Cuenca válidos que no juegan en la Balompédica», argumenta Kike, en plena forma «por la confianza del cuerpo técnico y la labor del psicólogo deportivo Óscar de la Hoz».