La gasolina 95, a dos euros en ocho de cada diez gasolineras

Leo Cortijo
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La escalada de precios no cesa, la bonificación de 20 céntimos que acaba de prorrogar el Gobierno sirve de poco y desde el sector subrayan que la situación ya es «insostenible» y que habría que buscar otras fórmulas de apoyo.

El dependiente de una estación de servicio de la capital llena el depósito del vehículo de un cliente. - Foto: Reyes Martínez

Los precios no paran de subir. Los combustibles marcan día tras día nuevas marcas al alza, como el mejor plusmarquista olímpico que parece no encontrar techo en su progresión ascendente. La cuerda se ha tensado hasta niveles pocas veces antes conocidos y el umbral del dolor, en forma de golpe mayúsculo a la cartera cada vez que se llena el depósito del coche, es ya inaguantable para muchos bolsillos. Hace poco más de dos meses, el precio del litro de gasóleo oscilaba en torno a 1,8 euros, mientras que el de la gasolina 98 se acercaba peligrosamente a los dos. Por aquellos entonces, la de 95 octanos todavía quedaba algo lejos de esa barrera monetaria. 

Hoy la situación es otra bien distinta, pues ocho de cada diez estaciones de servicio en territorio conquense ya la despachan por encima de ese valor, según el Geoportal del Ministerio para la Transición Ecológica. Del centenar de gasolineras que comercializan este tipo de carburante, solo una veintena lo hacen sin llegar a los dos euros por litro. Y la estadística hoy puede ser todavía peor porque hasta ayer en ocho de esos establecimientos el surtidor marcaba 1,999 euros.

El asunto aún es más sonrojante cuando se tiene en cuenta la gasolina de 98 de octanos, pues de las 45 estaciones de servicio que la expenden en la provincia, solo una baja del umbral psicológico de los dos euros por litro, y lo hace por la mínima, con 1,999 euros. Algo menos aprieta la soga al cuello cuando lo que se analiza es el gasóleo, ya que hasta 81 de 110 gasolineras lo venden por debajo de ese valor.

Con estos mimbres y ante la inexorable escalada de precios, el Gobierno puso sobre la mesa una bonificación de 20 céntimos por litro para todos los consumidores. Una medida urgente para paliar los efectos económicos de la invasión de Ucrania que seguirá vigente, al menos, hasta final de verano, pues el presidente Pedro Sánchez ya ha anunciado su prórroga. Unos 20 céntimos, por cierto, que el propio incremento de las tarifas ya se ha 'tragado', y es que tres cuartas partes de la subvención se han ido al limbo por la trayectoria ascendente de la curva.

El presidente de la asociación de empresarios de estaciones de servicio de la provincia, Miguel Celdrán, tiene claro que esta medida es «necesaria» porque «todos los consumos energéticos están teniendo ayudas». Ahora bien, la forma en la que se materializa la bonificación «no tiene ningún sentido ni razón de ser» porque es el pequeño y mediano empresario de este sector el que «está financiando» en parte al Ejecutivo, y eso va a suponer que «algún empresario se quede por el camino». No todos pueden aguantar el tirón, y es que a día de hoy, por ejemplo, Celdrán no tiene constancia de que «ninguna estación de la provincia» haya recibido todo lo que adelantaron en este concepto durante el mes de mayo. En su caso particular, apostilla, 20.000 euros.

«Una víctima más». Así todo, rompe una lanza a favor del sector y en contra de la idea que defienden algunos, y es que en esta tesitura las estaciones de servicio están poco menos que haciendo el agosto. Nada más lejos de la realidad. El máximo responsable de la asociación que les agrupa, y que representa a una treintena de empresarios, subraya que son «unas víctimas más» de lo que está pasando. «Cuanto más caro está el carburante, peor lo pasamos», explica, pues «con la subida de los precios estamos aterrorizados y la situación es insostenible». «Si lo único que haces es comprar y vender un producto y ese producto sube de precio, vas a vender menos y vas a poner más en juego», señala de forma tajante asegurando al mismo tiempo que «nuestro margen no se amplía». Tal y como argumenta, ninguna estación de servicio tiene una capacidad de almacenaje suficiente como para especular con el precio y, en el caso de tenerla, «no tendría capacidad financiera». Es más, en su caso personal, destaca que compra combustible para después venderlo de semana en semana, y que incluso hay algunos compañeros que lo adquieren «a crédito constantemente» y que por eso en esta compleja situación «ya deben todo lo que están vendiendo».

El consumo se mantiene. El único rayo de esperanza que dejan pasar los nubarrones que se dibujan en el horizonte es que el consumo se mantiene. «Lo único bueno es que está habiendo movimiento», añade Celdrán para evidenciar que a pesar de los pesares las estaciones de servicio «tienen trabajo». Con todo, se da la paradoja de que algunos de sus asociados hasta se muestran cautelosos a la hora de vender combustible porque, según le transmiten, «cuanto más venden más ponen en riesgo». Por eso, «al revés» de lo que se pueda pensar, «me alegraría de que la gasolina estuviera más barata..., ojalá costara 50 céntimos el litro, venderíamos más y todo sería mucho más fácil», sentencia.

 

Alfredo Arcas, presidente de Radiotaxi: «Vamos tirando, pero esto va desbocado y no para»

El servicio de taxi espera como agua de mayo que se materialice con su publicación lo que ya se ha aprobado en el Pleno del Ayuntamiento, y es la revisión al alza de las tarifas después de ocho «sin subirlas ni un céntimo». A pesar de todo, el presidente de Radiotaxi, Alfredo Arcas, explica que por la subida generalizada del coste de la vida podrían haberlas incrementado hasta un 13 por ciento, pero que al final se han quedado en un seis esgrimiendo que «sería mucho para los clientes». Esto es un buen termómetro de la situación que vive el colectivo con la que está cayendo en este preciso instante. «Esto va desbocado y no para», argumenta Arcas. No trabajan perdiendo dinero, reconoce, pero sí con unos márgenes muy estrechos... Y cada vez más pues sus gastos no dejan de subir, y eso que entre las subvenciones, los descuentos que tienen como profesionales y que muchos de sus vehículos son híbridos, capean el temporal. También suma que, por ahora, la inflación no se nota en una merma de la demanda de trabajo, ya que el cliente está respondiendo.

 

Ana Valladolid, gerente de Rubiocar: «Cumplimos muchos contratos a pérdidas»

Rubiocar, una de las empresas regionales más importantes dentro del transporte de viajeros, vuelve a poner en el centro de la diana los problemas que vive el sector, empezando porque en una gran parte de sus servicios no pueden repercutir esta «desproporcionada» subida de los precios. Más de la mitad de su negocio actual, que son las rutas escolares y otros contratos con la Administración Pública, está sujeta a acuerdos que no prevén la revisión de las tarifas, por lo que ahora mismo «estamos cumpliendo muchos contratos perdiendo dinero», comenta la máxima responsable de la compañía, Ana Valladolid. De esta forma, se ve en un callejón sin salida, y no queda otra que «esperar a que baje la gasolina o a que los contratos cumplan su vencimiento y los precios se adapten a la nueva realidad». Por esa razón, la gerente de Rubiocar no solo aboga por la «revisión y compensación» de estos contratos, sino también por implantar otras soluciones como la de la bonificación de 20 céntimos, «que ya ha sido absorbida» por el alza de los costes.