La villa fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1981, posee uno de los castillos más bellos y antiguos de la provincia (siglo VIII) y es uno de los conjuntos amurallados más importantes de Castilla-La Mancha. Se trata de Alarcón que, precisamente, ha sido escogida por el Gobierno de Emiliano García-Page para que en 2022 se una de las dos sedes –junto a Almagro– para que se conmemore el 40 aniversario de la declaración de la autonomía.

La localidad  que cuelga de un promontorio y se asoma al Júcar cuenta con un rico patrimonio histórico, que permanentemente se recupera para el disfrute de los numerosos turistas que la visitan. De hecho, en estos días se ultima la recuperación de las puertas del Pilar y del Bodegón, a cargo de la empresa de rehabilitación Carpetania Integra, y bajo la dirección de la arquitecta Amparo Calonge. El Ayuntamiento es el promotor de esta obra que asciende a 200.000 euros y que cuenta con la financiación de la Diputación.

El arqueólogo Chema López, de la empresa motillana Carpetania Integra, explica que las actuaciones se llevan a cabo en la segunda puerta de entrada, tras la denominada ‘del Campo’ que forma parte de la primera muralla, y en la puerta que parte desde la población hacía la presa de Henchideros. La previsión es que la intervención se concluya antes del verano, para el propio disfrute de vecinos y visitantes.

Alarcón recupera dos puertas de su muralla históricaconsolidación. «En la fase anterior se intervino entre el Bodegón y en medio, y esta vez se actúa entre el Bodegón y el Pilar, en el lienzo de la coracha que baja desde la albarrana», cuenta el arqueólogo, que explica que se interviene en la limpieza y consolidación de los paramentos «mediante la técnica de picado de juntas y asemejando siempre la llaga original en los paños». 

En ese sentido, señala uno de los encargados de la actuación  la presencia de varios morteros, algunos de ellos más recientes, en los diferentes elementos arquitectónicos que conforman las puertas. 

En una de las caras de la puerta del Pilar «encontramos una intervención más estética que es la que hemos visto en todas las murallas de la zona de Cuenca, del siglo XVI, a la que llamamos llaga elevada o alta y lleva una inclusión de escorias. Según las teorías dan consistencia, pero la más pausible es que aporta estéticamente el gusto de la época».

Lo realmente importante a la hora de intervenir en elementos arquitectónicos, apunta el experto, es que las empresas que realizan las intervenciones «dispongan de la calificaciones y clasificaciones correspondiente a ese tipo de obra», puesto que «no se trata de rejuntar, sino de hacerlo conforme al contexto histórico y a los paramentos. Estudiamos como era la llaga original y la replicamos. Dependiendo de cómo sea la junta o el acabado de los merlones de la almenas, tratamos de integrar o recomponer en este criterio».

En este punto, López desvela que dentro de las mejoras del proyecto se incluyó el levantamiento de intervenciones previas que se hicieron en la parte superior de la muralla, en el adarve, «para consolidarlo y eliminar las tierras, evitar así que sigan floreciendo hierbas y el mortero se asiente sobre la roca».