La hostelería califica la Semana Santa de «notable»

Leo Cortijo
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Las buenas previsiones se confirman y la ocupación en hoteles y alojamientos roza el lleno en los días centrales, con un público además de una «categoría especial».

El presidente de la Agrupación de Hostelería y Turismo, José Manuel Abascal. - Foto: Reyes Martínez

Terrazas llenas, comedores hasta arriba y habitaciones con las camas ocupadas. La hostelería conquense despide la Semana Santa con un balance muy satisfactorio. De «notable» la califica el máximo responsable del sector en la ciudad, José Manuel Abascal, y es que la gran semana de Cuenca ha sido «muy buena» en prácticamente todos los sentidos para aquellos que regenta un bar, un restaurante o un hotel. «La comunidad nazarena se ha volcado, ha habido mucha más participación tanto en el seno de las hermandades como público viendo las procesiones, y es que nos hemos pasado los siete días en la calle», subraya.

Esas «ganas tremendas de salir» se traducen en que los negocios hosteleros no han dado abasto. No cabía un alfiler en Cuenca, por lo que «estamos bastante cansados ya que se ha trabajando sin haber tenido ni un día de respiro…». Eso sí, «es un cansancio positivo». Abascal habla incluso de un «desbordamiento hotelero tremendo», fruto del cual y especialmente en los días centrales de la Semana de Pasión, no ha quedado una mesa libre para comer, cenar o tomar algo en muchas ocasiones. Puntos neurálgicos de los desfiles como la Plaza Mayor, el barrio del Castillo o el centro han estado «hasta los topes» durante muchas horas del día.

La lectura es muy similar, aunque algo menos efusiva, cuando se radiografía la semana en el sector de los hoteles y los alojamientos. En este capítulo «todavía no hacemos los números de 2019», destaca el presidente de la Agrupación de Hostelería y Turismo, «porque venimos de estar dos años parados, en una cierta crisis y con la inflación disparada». En el año anterior a la pandemia, «uno de los mejores de los últimos tiempos», la ocupación «fue más proporcionada durante todos los días» de la semana y no solo concentrada en la recta final. Además, 2020 había comenzado «muy bien», pero vino lo que vino y todo quedó diluido.

Con todo y con eso, la ocupación en este año del regreso ha rozado el lleno absoluto durante el Jueves, el Viernes y el Sábado Santo, pues los establecimientos del ramo se quedaron al 95 por ciento. «Aunque las habitaciones especiales y las suites no terminaron de llenarse, ya son cifras agradables para lo que hemos vivido este tiempo atrás». Eso sí, los hábitos de consumo originados en la pandemia se mantienen, y es que «la gente reserva mucho a última hora y lograr el lleno nos ha costado hasta el último segundo».

Buen tiempo. Mucho tienen que ver en ello las extraordinarias condiciones meteorológicas que han acompañado durante estos días. Ese es el «empujón definitivo» para atraer a más número de visitantes, aunque Abascal también pone el foco en que «cuanto mejor es el tiempo, hay muchas personas que optan por el turismo de costa». Ahora bien, el público que se ha decantado por Cuenca fue de una «categoría especial» y eso es muy importante, porque «estás trabajando y al mismo tiempo disfrutando porque te agradecen el trato y la atención». Un público «muy heterogéneo» que, destaca, son en gran medida oriundos conquenses y turistas nacionales y, en una menor proporción, visitantes internacionales. «Vienen los que suelen venir durante todo el año a Cuenca: madrileños, valencianos, catalanes y andaluces, aunque éstos en un menor nivel». Un público, remata al respecto, que se marcha «encantado» de Cuenca, «porque nos han transmitido que han visto procesiones muy bonitas en una ciudad única».