Avisan del posible desprendimiento de fragmentos de colada

EFE
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La lava, que avanza a 200 metros por hora, ha arrasado ya 185 edificaciones y ha obligado a evacuar a 5.700 personas. La tasa actual de emisión de dióxido de azufre a la atmósfera está entre 8.000 y 10.600 toneladas diarias

Avisan del posible desprendimiento de fragmentos de colada - Foto: Kike Rincón Europa Press

Los grandes espesores del muro de lava que avanza hacia el mar en La Palma, de hasta 12 metros en algunos puntos, podrían provocar en zonas de mayor pendiente la formación de grandes fragmentos de colada que pueden desprenderse del frente y alcanzar mayores distancias.

Además, estos colapsos del frente de lava pueden dar lugar a pequeños flujos piroplásticos, según indica en una nota el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca).

El comité científico que asesora al gabinete de crisis precisa que la lava expulsada por el volcán de Cumbre Vieja avanza a una velocidad de 200 metros por hora y que la deformación del suelo en la zona próxima a la erupción del volcán asciende a los 28 centímetros.

Avisan del posible desprendimiento de fragmentos de coladaAvisan del posible desprendimiento de fragmentos de colada - Foto: Equipo I Love The World

En una primera evaluación provisional de los daños materiales, el Pevolca estima que 185 edificaciones podrían haber resultado afectadas, de las que 63 serían viviendas, según el catastro.

Se han evacuado por el momento a 5.700 personas, entre las que se incluyen las 200 de Tacande realizadas en la noche del lunes. En los albergues habilitados permanecen apenas 132.

Actualmente el suministro de agua de regadío está condicionado a que no se vea afectada la tubería de agua de Los Guirres y se trabaja en el diseño de conducciones alternativas, autorizándose actuaciones de riego en zonas próximas pero aún no afectadas por la erupción, añade el Pevolca.

Avisan del posible desprendimiento de fragmentos de coladaAvisan del posible desprendimiento de fragmentos de colada - Foto: Ramón de la Rocha

El informe del comité científico indica que la erupción continúa mostrando el mismo estilo eruptivo fisural, con mecanismo estromboliano, en una fisura en dirección noroeste-sureste.

La actividad se concentra actualmente en cuatro centros eruptivos (bocas) principales, el último de los cuales se abrió ayer a las 19:56 (hora local).

Este nuevo centro muestra actividad efusiva y emisión de coladas de lava paralela a las coladas anteriores y está muy próximo a los demás activos.

Se mantiene el valor dado en anteriores estimaciones de que los gases volcánicos emitidos pueden alcanzar los 3.000 metros de altura.

La estimación actual de la tasa de emisión de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera por este proceso eruptivo está entre 8.000 y 10.600 toneladas diarias.

Los expertos indican que la señal de tremor volcánico muestra una tendencia a la disminución de su amplitud en las estaciones sísmicas, probablemente debido a la concentración de la actividad estromboliana en un número menor de centros.

Asimismo, se constata que las deformaciones han disminuido su velocidad, mostrando una "relativa estabilidad" en las últimas 12 horas. La deformación medida mediante técnica INSAR muestra un máximo acumulado promedio de 28 centímetros.

En cuanto a las condiciones meteorológicas, en las últimas horas se ha producido un cambio de dirección del flujo en los niveles medios-bajos de la troposfera, en torno a los 3.000 metros, girando de componente oeste a norte/nordeste, provocando un desplazamiento del penacho hacia el suroeste de la fuente de emisión.

En la vertiente oeste afectada por la erupción se prevé un régimen de brisas con intensidades comprendidas entre 10 a 20 kilómetros por hora y en los niveles superiores predominio de vientos del nordeste. Se descarta que se produzca lluvia ácida durante las próximas 24 horas.

El comité científico señala que prosiguen los trabajos de modelización numérica de la extensión de flujos de lava y la monitorización de la velocidad de avance de las coladas y su extensión.

Además, se continúa con la monitorización diaria de la emisión de dióxido de azufre procedente de los focos eruptivos mediante sensores ópticos remotos montados en helicóptero y la composición química del penacho mediante sensores multigas.

Se realiza toma de muestras de ceniza y lava con regularidad y realizando inspecciones de campo y observaciones mediante drones.

Un total de 743 efectivos de seguridad y emergencias conforman el dispositivo de las distintas administraciones que trabaja por turnos en la erupción volcánica en La Palma.