Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


'Antiguardiolismo'

31/05/2021

Por algún motivo que se nos escapa, el sábado teníamos que ser felices y disfrutar de una genial resaca ayer domingo. Realmente nos dijeron que lo fuésemos: al fin y al cabo Guardiola había perdido la gran final y eso, visto lo visto, leído lo leído, es motivo de algarabía y celebración.

Un breve repaso por los dos grandes periódicos deportivos nacionales y por alguna que otra tertulia echaba por los suelos el planteamiento «temerario» del catalán, recordaba todo lo que ha gastado buscando una 'Champions' que no llega, glosaba todas las críticas que recibió de parte de la prensa inglesa y de los analistas habituales, le decía «te ha vuelto a ganar otro equipo de atletas», o «nos ha decepcionado» o «el caos que armó Guardiola», hasta el punto de escuchar «se le está poniendo cara de perdedor». ¡A él, a un tipo que ha ganado 31 títulos en doce años como entrenador de elite!

Todos intuimos por dónde van los tiros cuando a uno de los mejores entrenadores de la historia, quizás el mejor que ha dado nuestro fútbol, el más laureado y admirado en todo el planeta, estamos esperándole con el arco tenso casi cada vez que pierde un partido. No, no es normal el grado de aversión con el que se tratan su 'fiascos', si es que podemos considerar así el hecho de alcanzar una final de la Copa de Europa y perderla en un movimiento táctico arriesgado (un día podríamos hablar largo y tendido sobre la irrupción y consolidación del 'mediocentro defensivo').

Ese «motivo que se nos escapa» tal vez radique en que Guardiola entrenó al Barça en la época de mayor confrontación con el Real Madrid y su significación política siempre ha sido contundente, y ambos factores le convierten en una diana fácil en este país donde juzgamos con fiereza y rabia a personajes más allá de su profesión.

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