Barajan cerrar espacios para que no se produzcan botellones

Leo Cortijo
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Dolz anuncia que se va a "perseguir y cercenar en la medida de nuestras posibilidades" y "con toda la contundencia" el botellón. El alcalde tacha de "desagradable" e "injustificable" la concentración del sábado en el aparcamiento del Castillo.

Barajan cerrar espacios para que no se produzcan botellones - Foto: Leo Cortijo

Imágenes como las que se vivieron el pasado fin de semana en algunos puntos de la ciudad y, en especial, en el aparcamiento del barrio del Castillo «no se pueden volver a repetir». Con ese punto de partida, un taxativo Darío Dolz compareció ante los medios de comunicación para anunciar que se va a «perseguir y cercenar en la medida de nuestras posibilidades» el botellón en la ciudad. El alcalde no se anduvo por las ramas para tachar de «desagradable» e «injustificable» la concentración masiva de personas para consumir alcohol en la vía pública.

En este sentido, avanzó que se van a poner en marcha «todas las medidas de control» con el fin de tener una presencia «más efectiva y disuasoria» para que estos hechos no se vuelvan a producir. Una de las principales acciones que desde el Ayuntamiento se está estudiando, tras consultar con las respectivas asociaciones de vecinos, es el cierre de ciertos espacios donde los jóvenes suelen practicar el botellón, como el parking del Castillo o el recinto del Serranía. Por otro lado, y aunque recordó que «la policía tiene los medios que tiene», se aumentará la vigilancia policial en estas zonas.

Sin ir más lejos, durante el pasado fin se semana, cinco patrullas –tres de Policía Nacional y otras dos de Local– velaron por la seguridad de la ciudad. Diez efectivos que, según subrayó el primer edil, en algunos momentos se vieron «desbordados», pues fueron días de «muchas incidencias», dándose la circunstancia de que mientras desarrollaban un control de alcoholemia recibieron avisos de fiestas privadas en domicilios, accidentes de tráfico o alteraciones del horario de cierre de los locales, entre otros asuntos.

De todos ellos, el más grave, por la cantidad de gente que congregó, fue el macrobotellón que se produjo en el barrio del Castillo, que comenzó en la madrugada del domingo y se prolongó hasta el amanecer. A él acudieron, «en repetidas ocasiones», tanto efectivos de la Policía Nacional como de la Local, pero optaron por no intervenir, y es que no sabían en qué podía desencadenar la actuación policial al ser recibidos con insultos. Llegaron a temer por su integridad. Así lo explicó Dolz, que agradeció esta «acertada» decisión con el fin de no generar un altercado de orden público.

El intenso fin de semana ha quedado reflejado en la hoja de servicios de los agentes, que registraron diez positivos en los test que realizaron, además de notificar otros diez incumplimientos del horario de cierre o una sanción a un joven por hacer un grafiti. El alcalde también puso el foco en el «vandalismo» que además se produjo contra vehículos particulares y mobiliario urbano.

Así todo, Dolz formuló una llamamiento a la «serenidad» para que esto no se vuelva a producir, y es que a pesar de entender que a estas alturas «estamos todos muy cansados», no son justificables actuaciones así. Hechos que se van a perseguir «con toda la contundencia» y «con todos los medios humanos y materiales que tenemos». «Las sanciones van a ser contundentes», remató al respecto después de recordar que el botellón está prohibido en Cuenca.