«No os dejéis arrebatar el tesoro de vuestra Semana Santa»

L.O.
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El pregonero Antonio Pelayo emociona a un repleto Teatro Auditorio con un texto rebosante de religiosidad, por su faceta de sacerdote, y lleno también de referencias a la actualidad, por su vertiente de periodista

El sacerdote y periodista vallisoletano fue reconocido al término del pregón con una escultura de un nazareno conquense que le entregó el presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea. - Foto: Reyes Martínez

«Queridos cofrades, queridos y amados vecinos d e Cuenca, me dirijo a todos y cada uno de vosotros y os hago este solemne llamamiento: No os dejéis arrebatar el tesoro de vuestra Semana Santa. Que nadie se atreva a manipularla. Que nadie caiga en la tentación de convertirla en una mera atracción turística. Salvadla del escaparate de vanidades y superficialidad que caracteriza nuestra sociedad moderna. Es un tesoro y una herencia preciosa que tenéis que transmitir íntegra a las generaciones venideras. Os lo pido de todo corazón». Con semejante contundencia acabó el sacerdote y periodista Antonio Pelayo su pregón -el «más largo de la historia», como apuntó el presentador del acto, el periodista de La Tribuna Leo Cortijo, pues fue elegido para anunciar la Pasión de 2020, pero la pandemia pospuso su comparecencia tras el atril dos años- que la tarde del Viernes de Pasión prologó los días más importante de la cristiandad, y también de la ciudad de Cuenca.

Sin una duración excesiva, lo que se agradece en este tipo de actos, Antonio Pelayo desgranó en su texto sus recuerdos conquenses, que se remontan a los años 60 cuando conoció la Semana de Música Religiosa que por aquel entonces daba sus primeros pasos. Pero evitó, salvo por esas escasas referencias, personalizar el discurso con una retahíla de anécdotas conquenses. Fue un texto rebosante de religiosidad, por su faceta de sacerdote, pero también lleno de toques de actualidad -de las consecuencias de la pandemia a la invasión de Ucrania- con los que salió a relucir su vertiente de periodista. Un texto, además, con numerosas y variopintas referencias, de la cantante Tina Turner a la mística española por excelencia, Santa Teresa de Ávila, pasando por el Papa Francisco o los poetas Neruda y Góngora, entre otros. 

En su pregón, Antonio Pelayo repasó algunos de los personajes de la Pasión: San Pedro, Judas Iscariote, Poncio Pilatos, los sumos sacerdotes... Todos ellos con virtudes y pecados que hoy en día repetimos los cristianos: «Huyamos de condenar a Judas mientras nos perdonamos nuestras propias traiciones (...) Hay mucho de Pilatos en todos y cada uno de nosotros. Como el gobernador romano también nosotros nos lavamos las manos ante, por ejemplo, la catástrofe de los inmigrantes que mueren en el mar». 

Hizo, además, una defensa a ultranza de la cruz, el símbolo de la fe cristiana, que parece no tener cabida en nuestra época: «Hoy, en plena avalancha del relativismo y del escepticismo más profundo, muchos siguen preguntándose qué sentido puede tener adorar la Cruz y en ella al Crucificado», subrayó. «Esta devoción a la cruz es universal y se escenifica de forma irrepetible en nuestras procesiones de la Semana Santa, y de forma muy destacable en la de Cuenca», explicó.

Homenajes. No faltó el recuerdo a los fallecidos en la pandemia, en su caso personificados en su primo Gonzalo Pelayo. Un homenaje a los nazarenos que no están que también llevó a su texto de presentación Leo Cortijo y que se repitió también en la actuación del Coro del Conservatorio al entonar el Miserere por primera vez desde que la pandemia interrumpió nuestras vidas tal y como las conocíamos. La parte musical del acto la completó la Banda de Música de Cuenca que interpretó tres marchas, cerrando con San Juan, una de las partituras más representativas de la Pasión conquense. Ésa que pregonó con emoción Antonio Pelayo y que ya ha comenzado.