Un lío a tres bandas

Diego Izco (SPC)
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Ancelotti, que sorprendió con Rüdiger de lateral, medita cómo encajar su tripleta de figuras centrales

Eder Militao, durante la pretemporada. - Foto: Kelley L Cox

Si las ausencias por lesión no le echan una mano, Carlo Ancelotti tiene por delante una temporada en la que solucionar un lío de fútbol y egos con sus centrales. Tres de ellos, pues el cuarto (Nacho) tiene asumido su rol tanto en el vestuario como en el equipo. La llegada de Antonio Rüdiger supone un terremoto en un paisaje que ya estaba definido y estabilizado con Eder Militao y David Alaba.  

De entrada, aquello de «tres hombres para dos puestos» suena extraño si los tres jugadores son de primer nivel mundial: por un lado, el austríaco, único central (junto a Van Dijk) en el 'Top 25' por encima de 30 años; por el otro, el brasileño, que a sus 24 años ya es fijo con la 'Canarinha' desde hace cuatro y, según Transfermarkt, es el cuarto defensa central más cotizado del planeta tras Rubén Dias (75 millones), De Ligt (70), Marquinhos (70) y Skriniar (65). Y ahora se ha incorporado un prodigio físico como Rüdiger, alma de aquel Chelsea que conquistó Europa y de la Alemania que sueña con renacer. 

Así que el preparador italiano, en medio de la pretemporada y en una decisión salomónica de difícil encaje, decidió que el primer 'perjudicado' fuese un lateral izquierdo, Ferland Mendy. Y ni siquiera arrimó al costado a Alaba, que con el Bayern y con su selección ejerció (y ejerce) como futbolista de largo recorrido: fue el propio Rüdiger quien se estrenó como jugador merengue como carrilero zurdo. «No estoy loco -argumentó el preparador transaplino-; en esa posición puede jugar». Algunos datos sí avalan esta teoría: fue el tipo con más punta de velocidad de la Premier (36,7 kilómetros por hora), trata bien el balón y no le tiembla el pie cuando cruza la medular: en la pasada edición de la Liga de Campeones, fue el zaguero con más pases en campo contrario (solo por debajo de Laporte, del City). 

Este lío a tres bandas se basa en dos ideas prácticamente inamovibles de Ancelotti, la defensa de cuatro y el papel de Alaba como central. Sin embargo, esta campaña sí estaría abierto a un dibujo con línea defensiva de cinco piezas, lo que otorgaría minutos a los tres centrales y podría aprovechar una faceta en la que Rüdiger (salida de balón por el carril central) es uno de los mejores del planeta. Lo que tendría que arreglar el Real Madrid antes de implementar tal sistema es la limpieza en las bandas: el entrenador considera fundamental que los carriles estén liberados para que el impacto de los atacantes, Vinícius en mayor medida, sea absoluto y decisivo.

En el previsible 4-3-3, ni siquiera la afición lo tiene claro. Quieren ver al alemán por tratarse de la novedad y por el recuerdo de sus dos exhibiciones recientes en el Bernabéu… pero también a la mejor pareja de centrales del pasado curso. A pesar incluso del error de Militao en el clásico, propiciando el 0-1. El propio Ancelotti abrió una posible solución tras el duelo: la permuta. «Puede cambiarse durante el partido con Alaba». Una idea plausible, pero descabellada cuando el lateral esté en manos de su dueño legítimo, Mendy.