La eterna vida del papel

Jonatan López
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El empeño del artesano Segundo Santos en proyectar exposiciones y elaborar libros de artista

La eterna vida del papel - Foto: Reyes Martínez

¿Tiene el papel más vidas que un gato? La respuesta es rotunda. Sí, con letras grandes impresas en papeles cuché, satinados, ecológicos, reciclados, o artesanos, por mencionar algunos. De hecho usted, querido lector, probablemente esté disfrutando de la lectura de este periódico que tiene entre sus manos, elaborado especialmente para las rotativas de un diario como el nuestro. Entre papeles anda el juego y el artesano Segundo Santos sabe muy bien de qué se trata.

No en vano lleva toda una vida elaborando papel a partir de celulosa de algodón, lino o esparto que, posteriormente, se transformó en cuidadas ediciones de poemarios o de otras piezas literarias, debidamente encuadernadas –bajo su sello editorial El pergamino de trapo–, y en otros objetos variopintos de decoración. 

Santos, nacido en Las Pedroñeras, no termina de desengancharse de su querido obrador de la empinada calle Caballeros, a pesar de llevar jubilado cinco años. Todo lo contrario. Acude casi a diario para ultimar algún que otro compromiso y trata de dejar su legado de cualquier manera posible. De hecho, últimamente se prodiga en las redes sociales, participa en exposiciones itinerantes con su muestra El papel de los Libros, –que reúne una selección de los trabajos que elaboró en su taller–, o colabora en pequeñas ediciones de plaquettes literario-plásticas, como la presentada recientemente en la Racal por el poeta y periodista José Luis Jover y el serígrafo Perico Simón que recuerda la memoria del poeta pricense Diego Jesús Jiménez. 

La eterna vida del papelLa eterna vida del papel - Foto: Reyes MartínezEl editor confiesa que no madruga pero se deja caer por el taller. «Investigó en todos aquellos papeles que no pude hacer en su momento, que no eran rentables económicamente pero que son gratificante hacerlos». También elabora en los últimos tiempos libros de artista, un formato visual que expone la obra de un autor en varias estampas y que se pliega. «Es un tema apasionante. Incluso estoy planteándome hacer una exposición», dice.  

En este punto cuenta su afán, en estos últimos tiempos, por difundir todas las ediciones de papel que en su día elaboró para las grandes letras de la literaturas española actual. «Un libro que le hice a Luis García Montero en 2012, que él dedicó a su mujer, Almudena Grandes –recientemente fallecida–, y que ella prologó», indica el artesano, que se refiere a otros autores que publicaron en su sello, caso del griego Sarantis Antíocos, Ángel González, Claudio Rodríguez, Antonio Colinas, Olvido García Valdés, o Clara Janés. «Prácticamente todo fue poesía, pero también hice relatos con Jover y con Antonio Martínez Sarrión», puntualiza.

Ya no quedan muchos artesanos dedicados al papel, confiesa. «En Madrid siguen fabricando, y en el País Vasco o Cataluña también. La gente se dedica más a dar clases que a producir. Todos pasaron por Cuenca y todos han vuelto, y eso está muy bien», afirma.

El artesano cree que la fórmula para fabricar papel «es universal, pero otra cosa es la receta para un determinado material u otro. La técnica cambia el producto», y defiende que «no será fácil desterrar el papel. Habrá pocos elementos que puedas recoger del suelo, sometas a un proceso relativamente fácil, saques un producto nuevo y que se convierta en imprescindible. Lo es desde hace 2.000 años».

Santos, que no quiere que los proyectos se queden en el tintero, pide en tono jocoso «tener otra vida porque si no no me va a dar tiempo. El otro día estuve en un congreso de historiadores del papel en Madrid y le dije a una monja: Tú que tienes línea directa, que me den otra vida. Yo no yo a hacer más que esto. Voy a ser bueno».