Miguel Romero

Miguel Romero


La Virgen de la Luz arropó a San Antón

18/01/2023

San Antonio Abad nació en Egipto entre los años 251 y 252. Fue un monje del desierto que se dejó atrás todos sus bienes y se dedicó al retiro en soledad, donde descubrió la sabiduría y el amor divino mediante la naturaleza. San Antón se dirigía a otros grupos de monjes que querían imitar su vida, atraídos por su sabiduría. Su modelo de vida fue basado en la oración, el silencio y el ayuno, centrado en buscar la perfección espiritual del alma. Por su estilo de vida, San Antonio Abad es considerado el fundador del monacato cristiano. Su primera ubicación fue en un cementerio cercano a la localidad en la que vivía. Allí tuvo varios episodios con demonios en forma de bestias salvajes con los que tuvo que combatir. A sus 35 años se retiró hasta el monte Pispir, donde pasa 20 años de soledad. Años más tarde comenzó a compartir su vida con una comunidad de discípulos. Esto fue así durante 6 años, ya que posteriormente volvió a retirarse en la montaña.

Cuenca, al igual que la mayor parte de las localidades de nuestra provincia, venera a San Antón con devoción y mantiene viva su Cofradía, incluso con mayor fe en los últimos tiempos, como es el caso de Cañete.

En Cuenca ciudad, la iglesia de la Virgen de la Luz acoge a este santo patrón de los animales, y lo hace desde que tuviera advocación gracias a los antoneros y su Hospital de San Antón, dedicado especialmente a la curación de la enfermedad llamada "fuego de San Antonio" o "fiebre del Infierno".

Hay constancia documental de que en 1352 funcionaría el Hospital de San Antón como ramificación del arrabal de Barrionuevo situado frente al puente de la Trinidad. El hospital contiguo a la ermita-iglesia de la Virgen de la Puente, a pesar de ser edificios separados. Un poco más tarde, en 1418 se situará junto a este complejo el hospital de San Jorge, dedicado a mujeres descarriadas, con lo que este barrio tendrá un carácter típicamente asistencial.

En esta magnífica iglesia, de estilo barroco en el momento actual, se encuentra venerado el Santo que ocupase espacio hace muchos siglos atrás. Aquel templo primigenio, iniciado por fray Agustín de Montalbo en 1523 fue terminado por José Martín de Aldehuela en el siglo XVIII (1764), en ese estilo rococó que lo caracteriza.