El albergue María de Molina acogerá a jóvenes todo el año

Leo Cortijo
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La Junta «moderniza y reforma» lo que en su día fue residencia universitaria, cerrada desde hace una década, además de para recibir estudiantes del CNEP, para generar un «nuevo recurso» de alojamiento en la ciudad.

El albergue María de Molina acogerá a jóvenes todo el año - Foto: Reyes Martinez

Ya no es lo que era. Empezando por la naturaleza propia de la infraestructura. Lo que en su día fue la residencia universitaria María de Molina ha dejado de ser tal para convertirse en albergue juvenil. La Junta de Comunidades ha limpiado la cara por completo a este espacio, cerrado a cal y canto desde hace casi una década, con la intención de generar un «nuevo recurso» para Cuenca. El punto de partida y principal objetivo era ofrecer un alojamiento a los alumnos del Centro Nacional de Estudios Penitenciarios, pero la misión no acaba ahí. Por eso, cuando los estudiantes del CNEP no estén haciendo uso de él, «los jóvenes que viajen por nuestro país» podrán alojarse en sus instalaciones a un precio «muy económico».

Esa era una de las metas que se marcaban en el horizonte en el seno del Gobierno regional, tal y como explica la delegada del Ejecutivo regional en Cuenca, María Ángeles Martínez. «Lo que pretendemos es rentabilizar la inversión que hemos hecho» –supera los 800.000 euros– y que las posibilidades de Cuenca para «aprovechar ese movimiento y afluencia de gente» aumenten. No en vano, la capital no disponía hasta la fecha de un albergue juvenil propiedad de la Administración autonómica como sí ocurre en otros territorios de la comunidad. En definitiva, «es un recurso al que hay que sacarle provecho».

El edificio no solo dará cobijo a los funcionarios de prisiones, principalmente, ni a los jóvenes viajeros, ya que las aulas de formación que se han habilitado pueden ser utilizadas también para impartir cursos, conferencias o seminarios. De hecho, mientras realizamos la visita a las nuevas instalaciones, unas 70 personas asisten a un curso selectivo de promoción interna para el Cuerpo Especial de Instituciones Penitenciarias. Estarán en la ciudad hasta el próximo día 24 de junio y recibirán lecciones de una treintena de profesores. Durante unos días se solaparán con otros 74 alumnos que pretenden acceder al Cuerpo Superior y que permanecerán aquí hasta el 15 de julio.

El albergue María de Molina acogerá a jóvenes todo el año El albergue María de Molina acogerá a jóvenes todo el año - Foto: Reyes Martinez

En este momento, los técnicos de la Junta se afanan en cerrar los últimos flecos pendientes para que el albergue María de Molina luzca sus mejores galas, y es que ahora, cuando el edificio se ha vuelto a llenar de vida, han surgido algunas «necesidades de uso». Algo normal, pues después de tanto tiempo con la persiana echada se había deteriorado de forma sustancial. «De hecho, cuando iniciamos la reforma nos encontramos una oquedad en la entrada que hubo que subsanar y ya aprovechamos para cambiar todo el saneamiento», argumenta Martínez. En tiempo récord –las obras comenzaron el pasado mes de septiembre– y aunque «no ha sido fácil, se ha ganado en confortabilidad y habitabilidad en una instalación que necesitaba una reforma importante».

Cambio sustancial. El edificio ha cambiado su sino de arriba abajo, empezando por el aspecto de la fachada principal, que ahora se adorna con diferentes tonalidades de azul. Ese lavado de cara es todavía más visible por dentro. En lo que antes era un semisótano, «se han cambiado los suelos, se han bajado los techos para mejorar la acústica de las aulas y también se han modificado los cerramientos de aluminio por otros mucho más ligeros de madera y cristal que además permiten el paso de la luz», comenta la delegada. La construcción es mucho más eficiente desde el punto de vista energético, pues todas las luminarias se han sustituido por LED.

Una gran parte de las habitaciones –el edificio puede alojar hasta 80 personas–, lucen nuevo mobiliario. Colchones, somieres, mesas de escritorio, armarios y puertas «necesitaban un cambio». Es más, algunas estancias, como la antigua vivienda del director de la residencia, se han reformado para ganar espacio y convertirse en dormitorios, algunos de ellos dobles. Además, los baños que los completan, totalmente modernizados, están adaptados. El comedor, la cocina y las zonas comunes se han equipado para adaptarse a las circunstancias, como también lo ha hecho la infraestructura en general para contar con una red comunicaciones, sonido e imagen.

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El albergue María de Molina acogerá a jóvenes todo el año - Foto: Reyes Martinez

Por todo ello, Martínez cree que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias está «muy satisfecha» porque «hemos cumplido con lo que les dijimos y hemos generado una instalación modernizada y reformada». «Saben que la palabra del Gobierno regional se cumple porque les ofrecimos estar a la altura y lo hemos hecho», remata.