"La educación, imprescindible frente a la violencia de género"

José Luis Enríquez
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El compromiso contra la violencia de género y su participación activa en diversas acciones desde el Área de Servicios Sociales de Villalba de la Sierra propician que esta Educadora de Familia reciba el reconocimiento Menina 2022

Patricia Ortiz, Educadora de Familia y Premio Menina 2022 - Foto: Reyes Martínez

La Delegación del Gobierno de España en Castilla-La Mancha entrega esta tarde en Toledo los reconocimientos Menina 2022, unos galardones que resaltan el valor de la educación, la atención, la información y la implicación frente a la violencia de género. Entre los premiados se encuentra una Educadora de Familia que trabaja desde hace 17 años en el Área de Servicios Sociales de Villalba de la Sierra y que conoce de cerca el sufrimiento de personas desfavorecidas así como de las víctimas de la violencia de género. Se trata de Patricia Ortiz (Socuéllamos, 1979), una mujer con valor y que siempre está dispuesta a tender una mano a las personas que lo necesitan. Al fin y al cabo, como ella reconoce, su «mayor éxito es ayudar a las personas». Y eso es lo que hace.

Horas antes de recoger un premio que recibe con «mucha ilusión» subraya la importancia que tiene trabajar en equipo. Además, hace especial hincapié en el papel que desempeñan los servicios sociales de Atención Primaria y la coordinación con los recursos sanitarios, educativos, Fuerzas de Seguridad del Estado o con la Unidad de Violencia contra la Mujer en Cuenca. 

¿Qué supone el Premio Menina 2022?

Primero una sorpresa porque no me lo esperaba, pero lo recibo con mucha ilusión. Llevo 17 años trabajando en el Área de Servicios Sociales de Villalba de la Sierra y desarrollo mi trabajo de manera natural. Este año en concreto he hecho muchas actividades de prevención y sensibilización. Y lo recibo con mucha emoción porque mi trabajo es muy invisible. Es un trabajo complicado. Trabajo con familias y es una visibilización de mi esfuerzo.

¿El galardón reafirma tu compromiso a favor de la igualdad y tu labor frente a la violencia de género?

Claro. Trabajo con personas que se encuentran en situación desfavorecida y unas de ellas son las víctimas de violencia de género. Trabajo principalmente con infancia y familias. Sobre todo con infancia en lo relativo a la protección de menores pero cuando llega un caso de violencia en el equipo lo tratamos con especial delicadeza y la mayor sensibilidad. Esto es un equipo en coordinación con muchos recursos como la Guardia Civil, servicios sanitarios, colegios, institutos, Centro de la Mujer, etc.

¿Qué papel juega la educación a la hora de frenar la violencia de género?

La educación es la herramienta imprescindible. Es la única herramienta que tenemos para cambiar esta sociedad y para eliminar la violencia de género.

¿Cuáles son los mayores problemas que has encontrado en tu ámbito de trabajo en lo relativo a la violencia de género?

Las dificultades emocionales que tienen las víctimas y las carencias que presentan en su capacidad para defenderse. Son personas que tienen dificultad para comprender en qué situación se encuentran, para reconocer los síntomas que padecen y con una autoestima baja. Sufren indefensión y son especialmente vulnerables.

¿Trabajar en zonas despobladas además es un hándicap?

Es un problema añadido. Aparte que son zonas de una cultura muy arraigada. Los roles están mucho más arraigados. Mi área de actuación es muy compleja porque difiere mucho de unas zonas a otras. Hay zonas muy rurales, con estereotipos muy marcados, como ocurre en la Serranía, y una población envejecida. Todo eso dificulta mucho el trabajo, el acercamiento al Centro de la Mujer en búsqueda de recursos económico o laborales. Pero también hay zonas más modernas o de más movimiento de población cercanas a capital, que son muy diferentes y donde hay mucha gente joven. 

Imagino que la vocación en tu trabajo es fundamental...

Obviamente… y el valor. Al menos eso me dicen siempre. Yo no me considero que tenga valor. Siempre me dicen 'cómo puedes ver estas cosas' o 'cómo puedes ver a un niño que está sufriendo'. No lo veo desde ese punto de vista, lo veo desde el punto de vista de alguien que puede ayudar a superar situaciones de crisis o de dificultad.

Pero meterse en la piel de personas que sufren no debe ser fácil. ¿Cómo lo haces?

Para mí es sencillo. Me resulta fácil empatizar con los problemas de la gente aunque, obviamente, no me los llevo a casa. Intento tratar a la gente con la calidez que se merece e intentando comprender todas las circunstancias que les rodean y les han llevado a esa situación.

¿Cuál es la mayor satisfacción que te proporciona tu trabajo como Educadora de Familia?

Que la gente sea capaz de tirar hacia adelante, que sean capaces de hacerlo por ellos mismos, que no necesiten el apoyo de nadie, que sean autónomos. En el ámbito de la violencia de género, que salgan de esa situación y que sean personas libres y se sientan capaces