La meteorología reduce la campaña del olivar hasta el 20%

Redacción
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La buena noticia, dice Asaja Cuenca, es que la calidad y el rendimiento del aceite «es mejor» que en 2019

La meteorología reduce la campaña del olivar hasta el 20% - Foto: Reyes Martínez

La cosecha de oliva en la provincia será «peor de lo que se esperaba». La meteorología caprichosa no dio tregua al cultivo a lo largo del año pasado y los agricultores recogerán menos de lo que en un principio esperaban. Las expectativas, allá por el mes de diciembre no eran del todo buenas, pero quien más quien menos esperaba cosechar al menos un 50 o un 40 por ciento de lo que se recolecta en una campaña normal. 

En muchas explotaciones, aún restaba un mes aproximadamente para que la aceituna madurara por completo, pero el viento y la lluvia de diciembre y principios de enero echó al traste con buena parte del fruto.

«La poca oliva que quedaba ha caído al suelo», confirma el miembro del Comité Ejecutivo de Asaja Cuenca, Gerardo González, quien recuerda que la campaña anterior «fue extraordinaria», pero la actual se caracterizará por la considerable merma de cantidad.

La buena noticia, afirma, es que la calidad «es buena y el rendimiento del aceite es mejor que el del año pasado. Está por encima, entre tres y cinco puntos en tanto por ciento, respecto al año pasado que fue bajo».

González explica que para esta fecha del año «se obtiene un rendimiento de un 22 o 23 por ciento, de cada 100 kilos de aceituna 22 son aceite. El año pasado estábamos en 18 o 19 kilos y, este campaña, hemos vuelto a tener el rendimiento de un año normal». 

Otro ejemplo, que da cuenta de la bajada de cosecha, es que un olivo suele dar de media entre 15 y 20 kilos de fruto y este año se recogerán de tres a cuatro kilos. El pasado año, en algunas explotaciones, el olivar llegó a dar una media de hasta 40 kilos. 

No obstante, y aunque la poca cantidad vaya a producir un aceite de excelente calidad, el olivarero de Villalba del Rey observa que el producto resultante seguirá acusando los bajos precios. 

«El mercado está totalmente maleado y da igual lo que se haga. El intermediario se aprovecha del producto y de la producción», indica González, que cuenta que el consumidor final termina por adquirir un producto más económico, pero de peor calidad, que procede de Túnez y de Marruecos.

¿A dónde va el aceite? Por su parte, el aceite que se elabora en las almazaras de Cuenca es adquirido por empresas nacionales, en su mayoría de Andalucía. La calidad del óleo conquense es tal que se emplea, en muchos casos, para mezclar con el producido en el sur y obtener un grado y una calidad mayor. El problema añadido, apunta el responsable del sector olivarero de Asaja Cuenca, es que no repunta la venta de aceite que se manufactura en cooperativas como las de Valdeolivas, Villarejo de Fuentes, Villalba del Rey, Valverde de Júcar, Buenache de Alarcón, Puebla de Almenara o Villamayor de Santiago. «No somos capaces de venderlo para el consumo provincial, a pesar de su calidad». 

Precisamente, las almazaras de la provincia aceleran en estos días la molturación de la aceituna cosechada para producir el aceite y, principalmente, envasarlo en garrafas de cinco litros. El precio para el consumidor seguirá estando por debajo de su precio habitual.