«El cuento siempre ha sido importante en mi vida»

José Luis Enríquez
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'Cuentos de encantamiento, de hadas o maravillosos en la provincia de Cuenca' es el libro que acaba de publicar Pilar Goimez Couso, un trabajo de investigación sobre la tradición oral de los cuentos que además rescata verdaderas joyas

Pilar Gómez junto a la portada del libro en la pantalla del ordenador - Foto: Miguel A. Ramón

No todos los cuentos empiezan por 'Érase una vez que se era' ni acaban con 'Colorín, colorado'. Es algo que sabe muy bien la profesora y escritora Pilar Gómez Couso (Orense, 1952) que acaba de publicar Cuentos de encantamiento, de hadas o maravillosos en la provincia de Cuenca (Servicio de Publicaciones de la UCLM).

Pilar Gómez recopila cuentos de tradición oral desde la década de los 80, cuando obtuvo el doctorado en Filología Hispánica con la tesis Cuentos de tradición oral en la Alcarria y atesora ya más de 500 versiones de cuentos. Ahora, en este libro profundiza aún más en el estudio científico de los cuentos tras recorrer 34 localidades de la provincia e incide en la importancia que tienen en el proceso de aprendizaje.

¿Qué le lleva a publicar Cuentos de encantamiento, de hadas o maravillosos en la provincia de Cuenca?

El hecho de que considero que si no se llegan a recopilar se habrían perdido. En una sociedad como en la que vivimos, donde la imagen predomina ante todo y que la mayor parte de los narradores casi ya no existen, han ido desapareciendo. Creía que era imprescindible conocer el folclore de esta zona porque encierra valores y nos da idea de la evolución de las sociedades. Además, me parece importante que la afectividad de la palabra hablada no se cambia con la imagen. El contacto que tienen una madre o una abuela contando un cuento, no leyendo,  a un niño... eso es algo único por la interactividad y el cariño que se establece entre los dos.

No es su primer libro sobre cuentos. Lleva tiempo investigando...

Mi profesión es la de profesora, lo que pasa es que siempre me han interesado desde pequeña, desde que mi madre, cuando yo tenía cuatro o cinco años, nos sentaba y nos contaba cuentos. No nos leía, nos contaba cuentos, y eso caló en mí. Siempre el cuento ha sido importante en mi vida. También trabajé sobre los cuentos con los alumnos, tanto de Secundaria como con los de la universidad, porque di clase en la Facultad de Educación. Con muchos de esos alumnos trabajé en la recopilación de cuentos porque quería que no se perdieran.

¿Qué tienen los cuentos para transmitirse de generación en generación?

Responden a pulsiones humanas como el amor, la codicia, el complejo de Edipo, el egoísmo, la crueldad... Sobre todo, en los cuentos clásicos.  Los niños al escucharlos, aunque no lo saben, están resolviendo los conflictos que tienen y por eso siempre quieren el mismo cuento. Ellos tienen su conflicto y a través de los personajes, las situaciones o las actuaciones lo resuelven..

Son enseñanzas de la vida, ¿no?

Sí. Es una enseñanza de valores, de situaciones. Por eso son muy importantes los cuentos en el proceso de aprendizaje. Tienen una motivación intrínseca para aprender. 

¿Cómo fue el proceso de rescate de cuentos en la provincia?

Me he recorrido, a lo mejor, 80 pueblos. Esto empezó por un curso de doctorado que era Folclore y Literatura. Para llegar a las localidades, primero elegí una zona de estudio que fue la Alcarria. Me puse en contacto con el Ayuntamiento, los curas y, además, conocía colegios en muchos pueblos. Enseguida me facilitaron contactos de personas que no tuvieran muchos estudios, luego hay quien los tiene, e incluso universitarios. Pero prefería que fueran de ese tipo, sin muchos estudios. También iba a los centros de mayores. 

¿Qué es lo que más le sorprendió de la gente que ha encontrado? Habrá miles de anécdotas...

Muchísimas. Me impresionó la pasión, la emoción, el amor con el que mucha gente conservaba los cuentos y me los transmitían. Esa gente mayor se emocionaba. A lo mejor, tener una casa pobre, y estar yo ahí, al lado de la lumbre viendo cómo se emocionaban al contar cuentos que  se los habían contado sus abuelos. Y yo me emocionaba con ellos. Era lo que más me sorprendía. El trabajo de campo fue riquísimo. A la gente que hace una tesis doctoral le digo: 'Que te apasione el trabajo'.

¿Varía mucho un cuento de un lugar a otro de la provincia?

Sí. Por ejemplo, Juanillo, el Oso. Es un cuento que he localizado en Almendros, Mota del Cuervo, Buendía, Vega del Codorno... pero de una zona a otra varía, por ejemplo, el final. De ser un diablo que trata de fastidiar a Juanillo y a sus amigos a tener que luchar contra un ser monstruoso, rescatar a la princesa, casarse con ella. Hay variaciones y en el vocabulario también. La contextualización varía. No cambia totalmente el cuento, pero partes sí.

¿Sigue vivo el hábito de la tradición oral?

Cada vez menos. En el momento en el que los abuelos mueren es muy difícil. Y luego están la televisión, el cine, las tablets, internet...

¿La era digital es un obstáculo?

Podríamos decir que sí, pero creo que en la escuela se podría rescatar. De hecho, he dado charlas en los coles sobre la tradición oral, y los críos, encantados. Por eso, creo que a través de la escuela se puede ir recuperando cosas.

¿Los cuentos se cuentan o se leen?

Se pueden leer, pero los cuentos se escuchan porque hay amor en esa interacción cuando se están contando. Esa interacción no se puede establecer leyéndolos o, quizás sí, si el padre o la madre tienen mucha imaginación. Los narradores, cuando iba a los centros de mayores, creaban tal expectación...

Todos conocemos cuentos clásicos, pero ha rescatado muchos que podrían perderse.

De todos los cuentos que tengo hay algunos que me han sorprendido, que son verdaderas joyas. Por ejemplo El León, La Ciervecita... Tratan de animales monstruosos,  de un padre  que tiene que vender a su hija pequeña a un león, que luego se transforma, hay ayudantes sobrenaturales que ayudan al héroe para rescatar. En La Ciervecita hay un caso de incesto. Tengo otra versión de Henarejos de un rey que se quiere casar con su hija pequeña. Ella huye, se pone un disfraz de ciervecita y va caminando por los sitos y  le ayuda mucha la gente. O Pedro, el Valiente con los animales que le ayudan, como una hormiguita que se quita una patita para que él se convierta en una persona pequeña y pueda luchar contra el dragón de las siete cabezas. También tengo una versión nueva de Pulgarcito o de Ceninienta pero de Caperucita Roja, no. A Cenicienta la llaman aquí La gatica cenizosa y el príncipe es un señorito de Madrid que viene y da fiestas. No son los cuentos de Caperucita y El gato con botas, son cuentos nuevos con personajes nuevos y aventuras nuevas. Por eso son joyas, que de no haberse recuperado se habrían perdido.

¿Cuenca es una provincia de cuento?

Quiero pensar que sí. Por ejemplo, cuando fui a la Vega del Codorno, las personas que me contaron los cuentos estaban entusiasmadas. Creo que aún los niños les piden a los abuelos, sobre todo a la abuela, que les cuenten cuentos. También hay una diferencia entre los hombres y mujeres narradores que conozco. Los hombres van más por los héroes. A los narradores les encantan los cuentos de animales y a las mujeres les suele gustar más la imaginación, las princesas. 

¿Cómo se estructuran los cuentos? 

Los cuentos tienen siete personajes: el héroe, la princesa, el mandatario, los ayudantes, el donante, el agresor y el falso héroe. Por ejemplo, hago un análisis exhaustivo de Pedro, el Valiente siguiendo las funciones de [Vladímir ] Propp. Era un investigador ruso que descubrió que en los cuentos de encantamiento había siempre una estructura fija. No siempre salían las 31 funciones y se eliminaban algunos, pero los personajes salían casi siempre todos. Por ejemplo, en Pedro, el Valiente están todos. Lo conseguí en Henarejos, a través de Isabel Jiménez, que era alcadesa entonces. 

A la espera de que se publique el libro en papel se puede acceder al mismo a través de internet. ¿Cómo se puede hacer?

Se puede acceder a través del portal  la Universidad de Castilla-La Mancha poniendo Cuentos de encantamiento, de hadas o maravillosos en la provincia de Cuenca.Además, hay 17 cuentos que aparecen en el libro  Cuentos de encantamiento, de hadas o maravillosos en la provincia de Cuenca  que se pueden escuchar en la voz de sus narradoras a través de la web de la UCLM (corpusfolcloreinfantil.web.uclm.es/recopiladores/pilar-gomez-couso/).