Después de la tormenta...

J.L.E.
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La espectacular crecida del cauce del río Júcar del pasado día 16 de diciembre obliga a suspender por seguridad la séptima edición de la San Silvestre en Piragua y deja un rastro de suciedad en la ribera

Después de la tormenta... - Foto: JLE

Los efectos de la subida del caudad del Río Júcar el pasado día 16 de diciembre por la borrasca Efraín aún se notan.Además del visible rastro de suciedad en la ribera del río a su paso por la capital después de que el caudal bajara y recuperara su normalidad, una de las consecuencias es la suspensión de la séptima edición de la San Silvestre en Piragua. La prueba se iba a celebrar el último día del año, a partir de las 12 de la mañana, pero los palistas tendrán que esperar, al menos, hasta el año que viene.

La decisión de suspender la cita por motivos de seguridad se tomó ayer después de que técnicos del Club Piragüismo Cuenca y miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil valoraran el estado del cauce del río en la zona prevista para la travesía.

El club explicó en nota de prensa que «los técnicos consideran que no es factible llevar a cabo esta prueba, es una regata en la que la mayor parte de participantes son noveles, sin experiencia y el estado del cauce del río no permite prestar la seguridad que requiere un evento así».

Después de la tormenta...Después de la tormenta... - Foto: JLETras la reciente crecida del caudal por las abundantes lluvias que sufrió el río Júcar, el club esperó hasta el último momento para tomar la decisión, que ayer se hizo pública y que supone la cancelación de una de las citas deportivas más peculiares para despedir el año.

La bajada del caudal después de  la borrasca ha dejado efectos visibles en la ribera del río, que se pueden apreciar de manera muy concreta en el paseo que une el Puente de SanAntón con la confluencia entre los ríos Júcar y Húecar. Restos de plástico, basura, árboles caídos y arbustos rotos son algunas de las secuelas palpables de una crecida que desbordó el río. 

Casi 300 metros cúbicos. El paso de la borrasca Efraín por la Península dejó copiosas precipitaciones, y en lo que respecta a la demarcación del Júcar, éstas fueron intensas principalmente en el alto Júcar, en la provincia, donde en algunos puntos se llegaron a acumular más de 120 litros por metro cuadrado en 48 horas. 

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Esta circunstancia provocó que el río Júcar alcanzara un caudal máximo de 295 metros cúbicos por segundo en su discurrir por la capital después de que fuera necesario desembalsar agua del embalse de La Toba. La lluvia causó problemas en la capital lo que obligó al Servicio Municipal de Bomberos a realiza más de una quincena de intervenciones. La crecida obligó a cerrar los accesos al paseo y a las zonas de recreo próximas al Júcar y al río Huécar. Además se clausuraron las inmediaciones del Recreo Peral y la Puerta de San Juan.