La implantación de la nueva EBAU se aplaza hasta el 2028

Almudena Morales
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Castilla-La Mancha aprueba una decisión que da «coherencia pedagógica» y un margen de implantación

La implantación de la nueva EBAU se aplaza hasta el 2028 - Foto: Juan Lázaro

Representantes de las comunidades autónomas y del Ministerio de Educación llegaban este martes a la Conferencia Sectorial de Educación con la idea de retrasar la implantación del nuevo modelo de la evaluación de bachillerato para acceso a la universidad hasta 2028, un curso más de lo previsto inicialmente. Una decisión que confirmaba a última hora de la tarde la consejera de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha.

«Es una prueba que tiene que ser modificada por las propias necesidades de la Lomloe (nueva Ley educativa) y en ese sentido lo que nos ha indicado es que se va a aplazar un año», confirmaba Rosa Ana Rodríguez a la salida del encuentro. 

Los cambios graduales sí se pueden ir aplicando a partir del curso 2024-2025, «de tal manera que ahí comenzaríamos poco a poco a ir modificando ese modelo y paulatinamente se irán incorporando los distintos procedimientos», explicaba, hasta llegar en el curso 2027-2028 a su implementación y «será en el curso de 2028 cuando se haga la prueba de la EBAU con carácter completamente competencial». 

Tras una reunión el pasado 2 de diciembre de una comisión técnica, quince comunidades autónomas, a excepción de la Comunidad de Madrid y de Castilla y León, solicitaron que se prolongue un año el periodo de implantación del nuevo modelo. 

Un extremo que para Rodríguez habla de «coherencia pedagógica» porque «nos va a permitir realizar un pilotaje sobre el modelo diferente», dado que la implementación de la nueva ley «conlleva que alumnos que en este momento están en primero de la ESO ya estén trabajando en este nuevo modelo educativo que tiene que ver con la evaluación competencial», por lo que este tiempo de transición es «lógico» cuando se desarrolla una ley de este calado, afirmaba. 

Rodríguez quiso mostrar su agradecimiento por «esa capacidad de escucha» por alargar un año la entrada de este nuevo modelo que permitirá «evaluar no solamente la prueba en su fondo, sino también en su forma y que va a permitir ir realizando los ajustes pertinentes para que cuando llegado un momento, cuando ya se implemente de forma total, tengamos la garantía de que para el conjunto de alumnos y alumnas es el adecuado», concluyó.