Algo ha cambiado. O, mejor dicho, está cambiando… 2023 será el año, casi con total seguridad, en el que los vehículos híbridos y eléctricos encabecen el mercado del sector de la automoción en territorio conquense. Esa es la previsión que contempla en el horizonte el presidente de la asociación provincial de concesionarios, Fidel Monedero. Un juicio que realiza con los datos de matriculaciones de 2022 en la mano y que dejan en evidencia que este tipo de coches «no son el futuro, sino el presente».

Según las cifras facilitadas por la organización sectorial –extraídas de Faconauto–, híbridos y eléctricos ya suponen en la provincia el 38,6 por ciento de la cuota de mercado, y se sitúan a menos de un punto de los gasolina (39,4%), que son los que en este momento lideran el ránking. A varios cuerpos de desventaja se sitúan los diésel, con un 22 por ciento del total de las ventas. En comparación con 2021, podemos observar que mientras las ventas de gasolina y diésel descienden un 14 y un 12 por ciento, respectivamente, las de híbridos y eléctricos crecen por encima del 27. Monedero recuerda cómo hace «cinco o seis años» este tipo de automóviles apenas representaban el cinco por ciento.

Unos guarismos que hacen sonreír en cierta manera al sector, que se ve envuelto en una importante marejada por diferentes aspectos, especialmente por la carestía de semiconductores que está asfixiando a las marcas. Con todo, Monedero subraya que los eléctricos todavía son un mercado «en transición», porque la mayoría de las matriculaciones que empujan esta rama son híbridos. Además, «mucha gente tiene dudas todavía» y aunque los fabricantes desarrollan ambiciosas y potentes campañas de publicidad, es una tecnología «más cara» de lo habitual. Eso sí, no hay que olvidar que una normativa europea establece que a partir de 2035 «solo se van a poder fabricar coches eléctricos». Por eso, augura que las marcas van a llevar a cabo una «reconversión total» y que algunas de ellas incluso adelantarán esa fecha.

Híbridos y eléctricos aceleran el paso y liderarán las ventas

El sector no pasa por su mejor momento, y a pesar de que las cifras de 2022 –a la baja por tercer año consecutivo–, tendieron hacia una cierta estabilización, todavía existe un margen de caída muy importante con respecto a la época prepandémica. El año pasado se cerró con 1.514 matriculaciones, lo que supone 'solo' un 1,2 por ciento menos que en el ejercicio precedente. Ahora bien, respecto a 2019, el varapalo es de 830 matriculaciones menos, o lo que es lo mismo, un 35,4 por ciento de merma.

Microchips. En el ojo del huracán, además de generar nuevas ayudas para el sector, está el tema de los microchips. En este apartado, Monedero subraya que no se ha avanzado en nada en relación a lo que ocurría hace justo un año. «Nos dijeron que en la segunda mitad de 2022 se iría solucionando el problema y que 2023 iba a ser un año de normalización y que no habría escasez», afirma, pero lamentablemente no está ocurriendo eso. «A día de hoy estamos igual que hace un año» y las marcas, especialmente las europeas, tienen plazos de entrega de hasta un año. La incertidumbre es alta y las perspectivas de mejora, por ahora, casi nulas: «Ni las marcas saben cuándo va a mejorar esto». Y es una pena, porque «el mercado podría crecer más si tuviéramos más coches para ofrecer».