El Fútbol Sala VivoCuenca no ha comenzado con buen pie la temporada en Tercera División después de sumar solo una victoria y sufrir dos derrotas en las tres primeras jornadas del campeonato. Lo más preocupante es que los dos partidos perdidos se han producido en casa con un resultado contundente en el último de ellos donde los conquenses perdieron por un resultado de cero a ocho ante el Tembleque FS. Si bien es cierto que la campaña no ha hecho nada más que empezar y todavía queda mucha tela por cortar. No cabe duda de que el cuadro conquense volverá a luchar por “cuotas y desafíos altos porque es lo que nos proponemos desde el principio. No pensamos en la permanencia sino que vamos más allá con mucha ilusión y trabajo por conseguir nuestros propósitos”, reconoce el entrenador Manolo Moya.

El FS VivoCuenca no ha tenido mucha fortuna en estas primeras semanas del campeonato, especialmente en el apartado de las lesiones, que están mermando las convocatorias de Moya y eso repercute en que el equipo no llega con todos sus efectivos para encarar los choques con sumas garantías. “Hemos tenido varias lesiones que nos están mermando mucho en cada partido, aunque tenemos que reponernos cuanto antes. Espero recuperar a todos cuanto antes”, explica el técnico.

Lo que busca el equipo es reponerse y ahora llega más de una semana por delante para poder hacerlo. Ya no solo en el tema de recuperar efectivos, sino para coger confianza y pulir pequeños detalles que terminan costando caro en los encuentros. Y es que el equipo descansará este fin de semana al ser su turno, como hará un club cada jornada. “Es buen momento para corregir cosas y para seguir entrenando con tal de llegar en plenas condiciones al siguiente partido donde tendremos una nueva oportunidad en casa”, asegura Moya. El encuentro será el 17 de octubre en El Sargal a partir de las doce y media.

Para llegar en plenas condiciones los chicos de Manolo Moya seguirán ejercitándose tres veces a la semana en el Pabellón Samuel Ferrer. Y es que el equipo no entrena donde juega, aunque el entrenador resta importancia pese a que es consciente de que no es lo normal. “Esta situación tiene sus cosas buenas y malas. Es bueno porque nos permite entrenar en una superficie que es la misma que nos encontramos cuando jugamos a domicilio y malo porque cuando jugamos aquí pues no estamos totalmente adaptados”, apunta Moya.

Todavía queda mucha campaña por delante y el FS VivoCuenca sigue trabajando a destajo parar mejorar sus registros y, como mínimo, para volver a hacerse fuerte en casa. El no dejar escapar puntos en El Sargal es vital para sus aspiraciones por lo que la primera tarea pendiente es esa y a partir de ahí empezar a escalar posiciones en la tabla.