Un mercado minado

C.C. (SPC)
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El mundo de las empresas públicas y privadas se enfrenta cada día a miles de ataques de 'hackers' informáticos con un alto coste económico, que en 2022 supuso un desembolso de 456,8 millones de euros para recuperar sus datos

Un mercado minado

Las alarmas ante los ataques de los hackers informáticos a empresas y particulares cada vez son mayores y, desde la guerra de Rusia a Ucrania, se han intensificado en mayor medida, hasta el punto de que no se salva ningún sector y, según denuncian los expertos, cualquier actividad se ha convertido en un campo minado en el que se mueven miles de millones de euros en rescates. 

Las empresas privadas están en el principal foco de atención de los piratas informáticos, incluso las financieras y las que más invierten en cortafuegos y antivirus, puesto que para ellos son un blanco muy rentable ya que una buena parte de ellas paga los rescates que les exigen para desbloquear sus datos y volver a retornar a su actividad. 

Se trata de un mercado minado que se va fortaleciendo cada vez más con medidas eficientes como demuestra un informe de Chainalysis que destaca un descenso en 2022 de los pagos con criptomonedas a mafias de ciberdelincuentes. 

El análisis destaca como en 2022, las víctimas del ransomware en todo el mundo pagaron rescates por valor de 456,8 millones de euros, un 40,3% menos con respecto a la cifra del año anterior, 2021, cuando las liberaciones que obtuvieron las mafias de ciberdelincuentes alcanzaron los 765,6 millones de dólares.

De hecho, el 85% de los ciberataques se corresponden con errores humanos y de ahí la importancia de concienciar y formar a los empleados y usuarios en materia de seguridad, puesto que cualquiera puede ser una víctima. Saber gestionar todos los aspectos relacionados con la ciberseguridad es hoy en día una necesidad fundamental y tener cerca a expertos informáticos es una de las mejores inversiones que se puede hacer en tecnología, aunque todos sabemos que la seguridad total no existe.

En este contexto, tampoco se salvan las instituciones públicas y, de hecho, la Comisión Europea ha lanzado recientemente una directiva en la que se prohíbe a su personal usar la red social TikTok con sus dispositivos para proteger sus datos y aumentar su ciberseguridad».

Como medida preventiva e inmediata, se ha exigido a los funcionarios comunitarios que desinstalen esta aplicación china con carácter de urgencia y, de hecho, a partir del 15 de marzo, «los dispositivos con la aplicación en activo se considerarán no conformes con el entorno corporativo y, por tanto, susceptibles de ser sancionados».

Estados como el Reino Unido, que han sido siempre muy permisivos, no habían ordenado nunca antes un mensaje tan contundente a los internautas en el que se lanza un duro aviso sobre TikTok que dice «Borrad la app o arriesgaos a una violación de vuestros datos».

La propia empresa china tildó de errónea la medida de pedir desinstalar la aplicación que afecta a los datos de 125 millones de personas en toda la zona euro, pero sí confirmó que tiene un mecanismo interno que permite viralizar el contenido a mano que ellos denominan como calentar un vídeo.

 Desde Europa, el presidente francés, Emmanuel Macron, arremetió contra la tecnológica, calificándola de «engañosamente inocente» y responsable de causar «adicción real» entre los usuarios, así como una fuente de desinformación en un momento muy complejo donde la guerra  de Ucrania ya ha cumplido su primer año y los ciberataques se han multiplicado enormemente.

Entre las precauciones más importantes a tener en cuenta está la protección de las claves, en especial, las más sensibles como las de las cuentas bancarias y otras, quizás menos importantes, pero que tienen mucho valor en el funcionamiento diario de un equipo de empresa o privado a las que no damos importancia y, justamente, son las entradas que buscan estos delincuentes para sus estafas. 

Amenazas digitales

La posibilidad de un incremento de ciberataques y el sabotaje de las redes y las infraestructuras de comunicaciones presentan una amenaza significativa para la estabilidad que hay que atajar desde la prevención. Son recomendables el uso de test de estrés que ponen en valor las amenazas de nuestros equipos y se anticipan a los hackers evitando que se pirateen los datos más valiosos.