El presidente del Gobierno regional intensificará los contactos con los presidentes de otras autonomías en el mes de octubre de cara a establecer una posición común y «de país» sobre el nuevo modelo de financiación autonómica. Lo avanzó este miércoles la consejera de Igualdad y portavoz del Ejecutivo, Blanca Fernández, que agregó que la intención de García-Page es estrechar esos contactos con comunidades autónomas con las que «tenemos mucho en común sociológicamente», dijo, ya que ideológicamente sí que existen diferencias. Contactos que po otro lado ya se han venido manteniendo con algunas de ellas, como con Castilla y León o Aragón, y a las que se incorporarán otras como Asturias, Galicia o Extremadura. Comunidades todas que comparten fenómenos demográficos como el envejecimiento o la dispersión, y un «componente de ruralidad» que las lleva a hacer esta reflexión conjunta.

Una financiación que de respuesta a las necesidades del medio rural, en el que vive el 40% de la población en España, detalló Fernández, para que los servicios públicos del medio rural sean homologables a los del mundo urbano. Fernández apuntó al borrador que presentará previsiblemente en el mes de noviembre el Gobierno de España sobre el nuevo modelo de financiación, por lo que justificó estos contactos ya que, como señaló, Castilla-La Mancha es una de las comunidades que está infrafinanciada del orden de 1.000 millones de euros al año.

El objetivo es alcanzar esa justicia social e igualdad de oportunidades en todos los territorios, y poder así estimular la inversión. «Si no, en muy poco tiempo nos podemos encontrar una situación grave de despoblamiento de gran parte del territorio», alertó.

Debate abierto. El propio Emiliano García-Page ahondaba en esa reflexión al afirmar que el nuevo modelo de financiación no debe obligar a la población a concentrarse en las grandes ciudades y abandonar el medio rural. «Hay que financiar los servicios donde la gente vive, y donde queremos que siga viviendo» aseguró el jefe del Ejecutivo autonómico ante el encuentro que mantuvieron el martes los presidentes de Valencia y Andalucía, que apuestan por un modelo que priorice el número de población, frente a la defensa que hace Castilla-La Mancha en los criterios de dispersión o envejecimiento. Un debate que preocupa al Gobierno central por la formación de estos bloques y ante lo que la vicepresidenta Nadia Calviño instó a evitar el frentismo y llamó  a mantener una «actitud constructiva».