Entre los 18 y 65 años conviven en este Centro de la Fundación ASER, un Centro de atención a personas con discapacidad física gravemente afectadas, que existe en nuestra ciudad, como servicio socio-sanitario dirigido a la atención residencial continuada de aquellas personas afectadas por graves discapacidades físicas que precisan atención especializada. Esta atención les proporcionará ocasiones de mejorar su nivel de calidad de vida y autonomía personal.

Basado en los principios de fomentar la autonomía –todo lo posible–, respetando la individualidad e intimidad; integrarlo en el centro; atender a la complejidad y diversidad de cada situación individual de los residentes; participación, seguimiento y evaluación como objetivos prioritarios a conseguir. Ubicado en la Avenida del Mediterráneo es un espacio de atención digno y soleado, con posibilidades de esparcimiento.

Pero no solo me trae aquí esta información especializada, sino el hecho de que un guardia civil retirado, Juan Carlos Evangelio, sea el autor de una maqueta tridimensional, extraordinaria, donde algo más de cien metros cuadrados, presentan minuciosamente cada uno de los elementos espaciales de nuestra ciudad histórica, todos sin excepción, al máximo detalle, con exactitud en sus medidas, edificios patrimoniales, viviendas, jardines, parques, paseos, escaleras, rincones, etc. Es un trabajo merecedor de reconocimiento y premio, pero sobre todo, es un trabajo de 10 años y más de 9.000 horas de dedicación, con iluminación auténtica –ajustada a la máxima realidad– que requiere urgentemente un espacio municipal para su exposición, muestra y contemplación, no solo para el conquense, sino para el visitante.

Es la única ciudad Patrimonio de la Humanidad que tiene una maqueta completa de su ciudad histórica y lo es, para el disfrute de todos. Y eso, debe de pasar por adecuarle un espacio digno y necesario, con elevación y pasarela para ver desde arriba, todos y cada uno de los miles de detalles de nuestra ciudad. Merece y mucho la pena. Intentémoslo. Gracias a los sótanos del Centro de la Fundación ASER, su autor lo sigue mejorando.