El arte sale a las calles en Minglanilla

V.M.
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El casco urbano de la localidad, situada en plena comarca de La Manchuela conquense, acoge una veintena de grupos escultóricos y varias pinturas murales que son un importante foco de atracción turística

Monumento al agricultor, obra de Lucas Karrvaz esculpida en chatarra y hierro reciclados. - Foto: S.G.

Situada en plena comarca de La Manchuela conquense, muy próxima con el límite de la provincia de Valencia, la localidad de Minglanilla, de algo más de 2.200 habitantes, puede presumir de ofrecer en sus calles un amplio catálogo de arte urbano, esculturas y pinturas murales que llaman la atención de todos los visitantes que hacen escala en ella.

La concejala de Cultura de la Corporación minglanillera, María Isabel Buleo Espada, comentaba a La Tribuna de Cuenca que «el proyecto de las esculturas surgió en anteriores corporaciones, hará más de una década, y las obras fueron encargadas a un artista de la próxima población de Villalpardo, Luis Moisés Cerdán, y al escultor valenciano Lucas Karrvaz, que aprovecharon y reutilizaron utensilios de hierro del campo y de labranza dándoles una forma escultórica, muchas de estas esculturas hacen alusión precisamente a faenas agrícolas, trabajos artesanales o a algunos personajes locales relevantes como Don Benitón, músicos de la Banda e incluso a Cabrielilla, la mascota de Minglanilla, en total son una docena de grupos».

En cuanto a su ubicación algunas de ellas están concentradas en el Parque de las Esculturas y otras aparecen distribuidas en distintos puntos del casco urbano, en plazas, en cruces con mayor tránsito o a la entrada de la población,  todo ello enlazando con esta tendencia de introducir el arte escultórico en plena calle tan del gusto de muchos países europeos. «La verdad es que todo el mundo suele hablar ya de las esculturas de Minglanilla como algo representativo de la zona, además son muy características por la forma y los materiales utilizados, en muchos casos son vernetes... sin duda es algo que da especial simbolismo al pueblo», añadía la responsable municipal de Cultura. 

Pinturas murales. Por otra parte, esa manifestación artística que embellece a Minglanilla tiene su complemento con las pinturas murales que desde hace unos años también surgieron para ofrecer un recurso turístico más para la localidad, «porque a nivel natural tenemos bastantes potencialidades, pero desde el punto de vista patrimonial carecemos de muchos bienes inmuebles importantes, a excepción de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción o la Casa Museo del Administrador de la Mina, por lo que pensamos que podría ser un foco de atracción de visitantes, un proyecto que tenemos pensado ampliar en el futuro», puntualiza Buleo.

Concretamente los murales dispuestos en medianería que existen actualmente están situados en puntos de paso estratégicos, una escena de vendimia con un paisaje típico aparece en cruce de la antigua carretera Madrid-Valencia con la de Cuenca, otra situada en esa misma arteria, junto a un parque, presenta a una joven cogiendo agua de un pilón, imagen alusiva a la leyenda de Minga La Galanilla, de la que supuestamente toma el nombre la población, y la tercera composición está en una calle próxima al mercadillo y en ella puede verse un primer plano de un cesto con la ofrenda que se lleva a cabo al Santo Cristo durante las fiestas patronales por parte de las damas de honor. El autor de los murales es un artista de Puertollano, David Karabantes, un destacado grafitero que logra  unas composiciones llenas de realismo, intensidad cromática y expresividad.

Finalmente, la edil de Cultura de Minglanilla hace alusión a la buena acogida que ha tenido esta iniciativa, «ya que, vencidas las iniciales reticiencias, son muchos los vecinos que ya se han ofrecido para que sus muros pueden ser el soporte de otras próximas pinturas», concluye.

El castillo. Finalmente, cabe reseñar que el atractivo artístico de esta dinámica población conquense se ve complementado con el único castillo de nueva planta levantado durante el actual siglo XXI en nuestro país, inaugurado en el año 2003 y situado en la zona más elevada de la villa, donde anteriormente estaba el cementerio municipal. Este singular recinto amurallado de iniciativa municipal, que acoge muy diversos eventos, presenta una monumental puerta de entrada , muros almenados y cuatro torreones, además su entorno ha sido embellecido y acondicionado como área de recreo.