Cruz Roja abre camino al empleo juvenil

I.M.
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Sólo el pasado año llegó a 303 jóvenes de entre 16 y 29 años de edad, de los que 164 se capacitaron profesionalmente y un 40 por ciento accedió al mercado laboral. En este año la previsión es llegar a un 15% más de beneficiarios

200 son las empresas con las que Cruz Roja mantiene contactos permanentes a fin de saber su demanda laboral. - Foto: Cruz Roja

Los jóvenes son uno de los colectivos más afectados por el desempleo y por la precariedad en el trabajo. Esta realidad, aún más presente durante esta pandemia, es lo que llevó a Cruz Roja a elaborar un plan específico para apoyar a este colectivo a mejorar su acceso al mercado laboral.

El apoyo en su búsqueda de un empleo, a veces el primero para estos jóvenes, les llegará vía la realización de toda una serie de cursos encaminados a dotarles de las capacidades y habilidades que el mercado de Cuenca y su provincia demanda y las empresas necesitan cubrir. De manera habitual Cruz Roja trabaja con 200 empresas con contactos permanentes a fin de conocer su evolución y necesidades incluso en estos momentos.

Sólo el pasado año Cruz Roja Cuenca llegó a 303 jóvenes de entre 16 a 29 años de edad, de los que 164 se capacitaron profesionalmente y un 40 por ciento de los mismos accedió al mercado laboral «pese al coronavirus». Igualmente, tan importante como lo anterior, es que 62 de ellos retornaron al sistema educativo, así como que 115 de esos 303 recibieron algún tipo de ayuda.

La previsión para este año es llegar a un 15% más de beneficiarios y los sectores principales a los que se dirigen en formación, apunta la técnico de empleo en Cruz Roja, María Dolores Navarro, son comercio, hostelería, logística, cárnicas y socio sanitario. Con la programación ya cerrada hasta este verano, los cursos que oferta son los de: caja y reposición, camarero, coctelería y catering, e-comercio (marketing comercial), atención socio sanitaria, auxiliares de almacén y energías renovables (montaje y mantenimiento), aunque para éste último habrá que esperarse hasta el otoño para que arranque.

Los jóvenes que acuden hasta Cruz Roja en búsqueda de un erfil laboral por lo normal, explica esta técnico, «tiene baja cualificación profesional, escasa experiencia y alto grado de abandono escolar». También los hay, añade, «que ya tienen una cierta experiencia o una formación superior pero en un momento dado, a veces por la crisis, deciden recalificarse en otra cosa». A empezar el próximo mes, financiados por el Fondo Social Europeo y a impartirse en centros de formación especializados, el tope máximo de alumnos por acción es de entre 15 y 18. Hay formación tanto ‘on-line’, incluido un sistema de préstamo de tabletas, como presencial manteniendo las medidas sanitarias establecidas, mientras que las prácticas son presenciales. Y algunos llevan parejo el certificado de profesionalidad.

Tres de las personas que han pasado por estos cursos de Cruz Roja han sido Miriam Buendía, Francisco Javier Gómez y Andrés Felipe Franco.

Miriam Buendía hizo un curso de comercio dándose la circunstancia de que cuando lo estaba haciendo fue llamada para un trabajo, de forma que le tocó compaginar ambos. Llegó a Cruz Roja por una amiga y le ha encantado. «Elegí comercio, comenta, porque me encanta tratar con la gente y porque nunca antes había hecho algo así».

Francisco Javier Gómez hizo el Grado de Turismo, estuvo trabajando en un hotel como recepcionista y hoy está preparándose una oposición. En 2019 hizo el curso de socorrista de Cruz Roja pensando en poder tener un trabajo en verano. «Sin terminar las prácticas me ofrecieron trabajar ese verano y volví el año pasado», comenta este joven para quien este curso fue el primero que hacía con ellos.

Andrés Felipe Franco, por su parte, es uno de los tres jóvenes que hizo el curso de carnicería y charcutería y que se han quedado trabajando allí donde hizo las prácticas. Colombiano de nacimiento y con una hermana viviendo en Cuenca, llegó a España hace un año y «no llevaba seis meses en este país cuando empecé este curso», dice. «No conocía Cruz Roja pero me hablaron de ella, de los cursos. Me presenté, me cogieron y me ayudaron a hacer los papeles que me faltaban», concluye.