La poesía que da vida al horror

R.L.C.
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El escritor Carlos Morales del Coso presenta en su tierra 'In nomine Auschwitz', una antología poética única sobre el Holocausto.

Carlos Morales del Coso, director de la editorial conquense El Toro de Barro, ha dedicado 25 años a su último libro. - Foto: R.L.C.

Horror, sufrimiento, miedo, muerte, pero expresado a través del arte también esperanza, y si es por medio de la poesía todo un ejemplo a la hora de afrontar la vida a partir de una de las barbaridades más grandes que ha cometido el ser humano. El escritor conquense Carlos Morales del Coso (Tarancón, 1959) ha dedicado los últimos 25 años de su vida a la creación de In nomine Auschwitz, la antología poética más amplia dedicada al Holocausto que se ha escrito en cualquier lengua, y la primera editada en castellano. 

«He intentando tomar este libro como un trampolín hacia la esperanza, hacia lo que no debe ser, enfrentándonos a lo que fue a través del lenguaje poético, que amplifica, no nos detalla número de víctimas o similar, pero nos da la posibilidad de enfrentarnos al vértigo, a la verdad», aseguraba el poeta taranconero autor del libro en la presentación que tuvo lugar la semana pasada en su ciudad natal, en la Biblioteca Municipal Luis Rius de Tarancón. A partir de la presentación de dos amigos, el profesor de Historia y escritor taranconero Juan Ramón Mansilla, y virtualmente del poeta local José Antonio Magro, se refirió al Holocausto como «la cicatriz de la Europa de los perfectos, no hay cultura que no haya tenido genocidio, nosotros hemos tenido varios, pero sobre todo uno, enormemente grande como éste, que afectó a 6,5 millones de personas». 

A través de 230 páginas, analizada el genocidio realizado por el régimen de la Alemania nazi contra los judíos de Europa durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial partiendo de un estudio exhaustivo, en forma de prólogo, sobre cómo el arte es la herramienta perfecta para dibujar su inédito cuadro del Holocausto, que ya se ha presentado en numerosos puntos de España, en encuentros literarios de referencia, por ejemplo en Valencia, Barcelona, Madrid o Segovia. 

Aquí Carlos Morales «se sitúa en unos planos que no se frecuentan demasiado, no habla de lo grato, de lo fácil, sino de lo ingrato, de lo duro, pero ante todo es vida, no es Holocausto, es vida», apunta Mansilla, que recomienda la lectura de este libro donde la cuidada recopilación, y traducción, de poemas convierten a la publicación en «tres valiosos libros en uno», considera. Los contrastes que se respiran al leer In nomine Auschwitz constituyen uno de los principales atractivos, al enfrentar los sentimientos de angustia y alegría, el afán de familia con las circunstancias extremas que vivieron las víctimas, el dolor con la belleza, las vivencias auténticas con las extemporáneas. Y es que esta antología poética está compuesta por obras de poetas de primer orden y por poemas que con lenguaje sencillo relatan la experiencia de quienes no murieron. «Están las obras de quienes sobrevivieron, que conjugaron la experiencia del dolor con la de la culpa, por qué yo me he salvado y los demás no, muchos se suicidaron, y las poesías de quienes lo vivieron de oídas, a través del arte, de los libros, de fuentes literarias, pero no desde la experiencia propia», concreta el propio autor, que confesó sentir en su tierra el peso de la responsabilidad hacia los que me han precedido, «hacia los que me enseñaron, como mi profesor de historia, Julio González Lagana, Julio Clemente Lourtao...». 

De este libro se ha dicho, en otras de las presentaciones ya realizadas, y mientras se preparan más en lugares como Álava y de nuevo Madrid, que es un homenaje a lo inmortal en la amistad para aprender a pensar mejor y comprender de qué está hecho el mañana o que sumerge al lector en los polos antagónicos del alma humana. Es una ventana a más de 50 autores, que desde contextos diferentes, plasmaron su visión del Holocausto. «Oí hablar por primera vez de esta masacre en el 1978 cuando mi amigo Lourtau representó Guantes de piel humana, vimos también la serie sobre este exterminio y luego ya hemos leído muchísimo», recordaba Carlos Morales, que desde la biblioteca de Tarancón confiesa como «nací como un juglar pero ahora por mis dolencias pulmonares ya no puedo, hace años hasta fuimos por los pueblos en otros tiempos leyendo versos, queríamos armar una revolución o algo así». Magro presumió de compartir con él proyectos como la adaptación para su representación de la obra Jesucristo Superstar, la revista Hilos de Araña, que contó con el apoyo del Ayuntamiento, o el vivero de jóvenes con talento para la literatura a través de El Toro de Barro, editorial que existe desde 1997 -es la segunda editorial más antigua de España vinculada a la poesía- de la que es director Carlos Morales. 

Otros títulos

Como poeta, este taranconero que en una época estudió para ser médico, es autor de Un rostro en el jardín, Il tridente en el giardino, El libro del Santo Lapicero -Premio Juan Alcaide de Poesía del 2000-, Salmo, traducido a varios idiomas publicó una de las versiones más celebradas de El Cantar de los Cantares. Su obra poética, traducida a muchos idiomas, fue recogida por Miguel Casado en la antología Mar Interior. Colaborador como crítico literario en medios de comunicación, como antólogo ha editado Poesía secreta de Federico Muelas, Canto de la Creación, de Carlos de la Rica, o Coexistence, de poetas árabes y hebreos que trabajan por la reconciliación. Muy comprometido con esta causa, codirige con la poeta hebrea Margalit Matitiahu la colección Kuadrinos sefardíes, y con el poeta austriaco Jaime Vándor, hasta su muerte en 2014, la Biblioteca Internacional del Holocausto. Ahora con su último libro, foco de esperanza, recoge la satisfacción de una de sus obsesiones de media vida.